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El autismo y la realidad de las personas con trastorno del espectro autista

El autismo y la realidad de las personas con trastorno del espectro autista

El autismo y la realidad de las personas con trastorno del espectro autista.

Explicamos en profundidad el autismo, sus síntomas, causas y su tratamiento. Además, nos adentramos en la realidad de las personas con TEA (Trastorno del Espectro Autista).

¿Qué es el autismo?

El Trastorno del Espectro Autista (TEA) es un trastorno del neurodesarrollo que implica un desarrollo atípico, caracterizado por dificultades en la comunicación, interacción social y flexibilidad cognitiva y conductual. A menudo, las personas con TEA también presentan patrones de comportamiento repetitivos y limitados, que pueden variar considerablemente entre individuos, tanto en gravedad como en forma. El TEA abarca un amplio espectro, desde casos más leves, como el Síndrome de Asperger, hasta formas más severas, como el trastorno desintegrativo infantil. Además, el espectro es continuo, lo que significa que no todas las personas con TEA experimentan los mismos desafíos ni en la misma medida.

¿En qué época de la vida aparece?

El TEA es un trastorno que acompaña a la persona durante toda su vida, pero sus primeros signos suelen aparecer en la primera infancia, normalmente entre los 12 y 24 meses de edad. Sin embargo, en algunos casos, los síntomas pueden no ser evidentes hasta más adelante, cuando las demandas sociales aumentan. Durante la adultez, las necesidades de las personas con TEA pueden cambiar, y aunque algunos pueden desarrollar estrategias para mejorar su calidad de vida, las dificultades para interactuar con el entorno social pueden persistir y requerir apoyo continuo.

¿Cuáles son los síntomas del autismo?

La presentación clínica del autismo varía ampliamente entre las personas afectadas, lo que hace difícil generalizar los síntomas. A continuación, se describen algunas de las señales más comunes:

Déficits significativos y persistentes en la comunicación social

Las dificultades en la comunicación, tanto verbal como no verbal, son uno de los aspectos centrales del TEA:

Conductas estereotipadas, patrones de comportamiento e intereses restringidos

Las personas con TEA a menudo muestran comportamientos repetitivos y una gama limitada de intereses, lo que puede manifestarse de diferentes maneras:

Dependiendo del grado de afectación, algunos individuos pueden aprender a gestionar o mitigar ciertos síntomas con el tiempo, aunque en otros casos los desafíos persisten y requieren intervenciones especializadas continuas. Es importante señalar que algunas personas con TEA también pueden presentar discapacidad intelectual o dificultades de aprendizaje.

¿Qué causa el autismo?

Aunque la causa exacta del TEA sigue sin ser completamente comprendida, se sabe que tanto factores genéticos como ambientales juegan un papel crucial en su desarrollo.

Genética

Numerosas investigaciones han identificado la genética como un factor importante en el desarrollo del TEA. Estudios en gemelos han demostrado que existe una alta heredabilidad del autismo, sugiriendo que las variaciones genéticas, tanto heredadas como espontáneas, pueden influir en el desarrollo neurológico. Se ha descubierto que mutaciones en ciertos genes relacionados con la formación y conectividad neuronal pueden afectar las áreas del cerebro responsables de la comunicación social y el comportamiento. Sin embargo, no existe un solo «gen del autismo»; más bien, el TEA parece ser el resultado de la interacción de múltiples genes.

Además, se ha investigado el papel de la hormona oxitocina, la cual está implicada en la regulación de las interacciones sociales y emocionales. Algunas investigaciones sugieren que alteraciones en los niveles de oxitocina o en la respuesta cerebral a esta hormona podrían influir en los síntomas del autismo.

Ambiente

Aunque la genética es un componente clave, ciertos factores ambientales también pueden influir en el riesgo de desarrollar TEA, especialmente durante las etapas prenatal y perinatal. Entre los factores de riesgo más estudiados se incluyen:

Aunque el impacto de estos factores ambientales sigue siendo objeto de investigación, se reconoce que la combinación de predisposición genética y factores ambientales podría aumentar la probabilidad de desarrollar el trastorno.

Un área de creciente interés es la conexión entre el intestino y el cerebro. Algunas investigaciones sugieren que la salud intestinal, incluida la microbiota (conjunto de microorganismos que habitan el intestino), podría influir en la aparición o la gravedad de los síntomas del autismo. Aunque aún es un campo en desarrollo, algunas personas con TEA han reportado mejoría en sus síntomas al seguir dietas específicas, como la eliminación del gluten.

Tratamiento del autismo

No existe una cura para el autismo, pero la intervención temprana puede mejorar significativamente la calidad de vida de las personas con TEA. El tratamiento debe adaptarse a las necesidades individuales de cada persona y puede variar a lo largo del tiempo.

Terapia conductual

La terapia conductual, como el Análisis de Comportamiento Aplicado (ABA, por sus siglas en inglés), se ha utilizado ampliamente para ayudar a las personas con TEA a aprender habilidades de comunicación y sociales, y para reducir comportamientos problemáticos. El ABA es una metodología estructurada que utiliza recompensas para promover conductas positivas y enseñar habilidades adaptativas.

Terapia educativa

Una educación especializada, diseñada para satisfacer las necesidades de cada individuo, puede proporcionar un entorno donde las personas con TEA se desarrollen de manera más efectiva. Las actividades educativas pueden centrarse en mejorar habilidades sociales, comunicativas y académicas, mientras que la estructura y rutina pueden ayudar a reducir la ansiedad y mejorar el bienestar general.

Otras terapias

Además de la terapia conductual y educativa, muchas personas con TEA se benefician de terapias adicionales, como:

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Tipos de autismo y niveles de apoyo

El Trastorno del Espectro Autista (TEA) se denomina «espectro» porque abarca una gran variedad de manifestaciones y niveles de afectación. El Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5) clasifica el autismo en función de los niveles de apoyo que una persona necesita:

Nivel 1: Requiere apoyo

Las personas en este nivel pueden tener dificultades para iniciar interacciones sociales y para planificar o organizar su vida cotidiana. En general, presentan un lenguaje verbal funcional, pero pueden tener problemas para adaptarse a cambios en la rutina o mantener relaciones sociales adecuadas.

Nivel 2: Requiere apoyo sustancial

Las personas con este nivel tienen mayores dificultades en la comunicación verbal y no verbal. Les resulta más difícil adaptarse a situaciones nuevas, muestran comportamientos repetitivos más marcados y tienen dificultades significativas en las interacciones sociales.

Nivel 3: Requiere apoyo muy sustancial

Este nivel implica una severa dificultad para la comunicación y la interacción social, así como comportamientos extremadamente restrictivos y repetitivos. Las personas con TEA en este nivel necesitan un alto grado de apoyo para manejar las tareas cotidianas y las interacciones sociales.

TEA y comorbilidades

El Trastorno del Espectro Autista a menudo se presenta con otras afecciones que pueden agravar la situación y afectar la calidad de vida de la persona. Algunas de las comorbilidades más comunes son:

Inclusión y apoyos en la sociedad

Una de las mayores barreras para las personas con autismo no es solo el trastorno en sí, sino la falta de inclusión social. El entorno puede hacer una gran diferencia para las personas con TEA en términos de su bienestar emocional y funcionalidad. Es importante que se promueva la inclusión en todos los ámbitos:

Autismo en la vida adulta

Aunque el TEA se diagnostica en la infancia, muchas personas autistas viven una vida plena en la edad adulta, con diferentes niveles de independencia. El apoyo en la transición hacia la vida adulta es clave para asegurar su bienestar. Algunas áreas de enfoque son:

¿Cuántas personas tienen autismo en España?

Se estima que el TEA afecta aproximadamente a 1 de cada 100 personas en todo el mundo, y España no es la excepción. Según los estudios más recientes, unas 450.000 personas en España viven con algún tipo de trastorno del espectro autista, y este número sigue en aumento debido a la mejora en el diagnóstico y la mayor conciencia sobre el trastorno. A nivel global, la prevalencia del autismo es más alta en hombres que en mujeres, con una proporción de 4 a 1. Aunque el autismo afecta a ambos géneros, las mujeres a menudo presentan síntomas diferentes o menos evidentes, lo que puede dificultar su diagnóstico.

Nuevas investigaciones y avances tecnológicos

El campo de la investigación sobre el TEA está en constante evolución, y se están desarrollando nuevas tecnologías y enfoques terapéuticos para mejorar la calidad de vida de las personas con autismo. Algunas áreas emergentes incluyen:

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