Rafael A. Salas Muriel, doctor en psicología, explora en este artículo, desde una perspectiva neuropsicológica, qué es el TCH, sus efectos sobre el cerebro, los posibles riesgos neuropsicológicos asociados con su consumo y cómo la evaluación neuropsicológica puede contribuir al tratamiento de las personas que padecen algún tipo de alteración al haber utilizado esta sustancia, mejorando su calidad de vida.
El consumo de tetrahidrocannabinol (THC), el principal componente psicoactivo del cannabis, es un fenómeno global que afecta a millones de personas en todo el mundo.
¿Qué es el THC?
El tetrahidrocannabinol (THC) es uno de los más de 100 cannabinoides identificados en la planta de cannabis. Este compuesto es conocido por sus efectos psicoactivos, que son los responsables de la sensación de euforia o «colocón» que experimentan los consumidores. El THC actúa sobre los receptores cannabinoides del cerebro, principalmente los receptores CB1 y CB2, que están involucrados en una variedad de funciones cognitivas y emocionales.
Alteraciones neuropsicológicas asociadas con el consumo de THC
El consumo de THC puede tener varios efectos inmediatos en el cerebro, incluyendo la alteración de la percepción del tiempo, el aumento del apetito, la alteración de la memoria a corto plazo y cambios en el estado de ánimo. Sin embargo, los efectos del THC pueden variar significativamente dependiendo de la dosis, la frecuencia del consumo y la susceptibilidad individual.
A continuación, se detallan algunas de las principales alteraciones cognitivas y emocionales que pueden surgir a partir del consumo de THC:
1. Deterioro de la memoria
El THC afecta significativamente la memoria a corto y largo plazo. Estudios han demostrado que el THC interfiere con la capacidad del hipocampo para consolidar nuevos recuerdos, lo que se traduce en dificultades para recordar información reciente (Ranganathan y D’Souza, 2006). Los consumidores crónicos de cannabis a menudo presentan problemas para retener y recuperar información, lo cual puede afectar su desempeño académico y laboral.
2. Déficit de atención
El consumo de THC puede alterar la capacidad de atención y concentración. Las personas bajo los efectos del THC pueden experimentar dificultades para mantenerse enfocadas en una tarea específica y filtrar estímulos irrelevantes del entorno (Hart et al., 2010). Este déficit atencional puede reducir la eficiencia en la realización de tareas cotidianas y afectar negativamente el rendimiento laboral o académico.
3. Disfunción ejecutiva
Las funciones ejecutivas, que incluyen la planificación, la toma de decisiones, la resolución de problemas y el control de impulsos, también se ven afectadas por el consumo de THC. Las personas que consumen cannabis de forma regular pueden mostrar dificultades para organizar sus actividades, establecer y seguir planes, y tomar decisiones apropiadas (Crean et al., 2011). Estas disfunciones pueden llevar a comportamientos impulsivos y a problemas en la gestión de la vida diaria.
4. Alteraciones en el procesamiento emocional
El THC puede influir en la regulación emocional y el procesamiento de emociones. Los consumidores pueden experimentar cambios en el estado de ánimo, como euforia o ansiedad, que pueden ser difíciles de manejar (Volkow et al., 2014). El uso crónico de THC se ha asociado con un mayor riesgo de desarrollar trastornos del estado de ánimo, como la depresión y la ansiedad, debido a su impacto en los sistemas de neurotransmisión del cerebro.
5. Trastornos del pensamiento
El consumo de THC puede inducir alteraciones en el pensamiento y la percepción. Algunos consumidores pueden experimentar pensamientos desorganizados y dificultades para seguir una línea de pensamiento coherente. En casos extremos, el consumo de THC puede desencadenar síntomas psicóticos, como alucinaciones y delirios, especialmente en individuos con predisposición genética a dichos cuadros psicóticos (Di Forti et al., 2019).
6. Reducción de la velocidad de procesamiento
El THC puede ralentizar la velocidad de procesamiento de la información. Esta reducción en la rapidez con la que el cerebro procesa la información puede afectar la capacidad para reaccionar rápidamente a estímulos y tomar decisiones en tiempo real (Block et al., 2002). Esto es especialmente relevante en situaciones que requieren una respuesta rápida y precisa, como la conducción de vehículos.
7. Impacto en la motivación
El consumo de THC se ha asociado con el síndrome amotivacional, caracterizado por una disminución en la motivación y el interés por actividades previamente gratificantes. Las personas con síndrome amotivacional pueden mostrar apatía, falta de energía y una disminución en la capacidad para iniciar y completar tareas (Lundqvist, 2005). Este impacto en la motivación puede afectar la productividad y el bienestar general.
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Evaluación neuropsicológica
La evaluación neuropsicológica en pacientes con consumo de THC es un paso fundamental para identificar y cuantificar los déficits cognitivos y emocionales asociados con esta sustancia.
Esta evaluación comienza con una entrevista clínica detallada que explora el historial de consumo de THC, los síntomas actuales y el impacto funcional en la vida del paciente. A continuación, se administran una serie de pruebas neuropsicológicas específicas que evalúan diversas áreas cognitivas. Entre estas pruebas se incluyen el Test de Stroop, que mide la capacidad de atención selectiva y control inhibitorio, el Test de Aprendizaje Verbal España-Complutense (TAVEC), que evalúa la memoria verbal y la capacidad de aprendizaje. Estas herramientas nos permiten a los neuropsicólogos obtener un perfil cognitivo detallado del paciente, identificando áreas de deterioro que requieren intervención.
Otra prueba comúnmente utilizada en la evaluación neuropsicológica es la Batería Neuropsicológica de Halstead-Reitan, que proporciona una evaluación global de las funciones neurocognitivas y puede detectar disfunciones en múltiples áreas cerebrales. Esta batería incluye subpruebas como el Test de Categorías, que evalúa la capacidad de razonamiento abstracto y la flexibilidad cognitiva, y el Trail Making Test, que mide la atención, la velocidad de procesamiento y la función ejecutiva. No obstante, cada protocolo de evaluación debe incluir siempre una personalización para cada caso clínico.
Finalmente, la evaluación neuropsicológica puede incluir pruebas específicas para medir el impacto del THC en las funciones ejecutivas y el control de impulsos.
El Test de Clasificación de Tarjetas de Wisconsin (WCST) es particularmente útil para evaluar la flexibilidad cognitiva y la capacidad de cambiar de estrategia en respuesta a la retroalimentación. La Prueba de los Dígitos de Wechsler, que forma parte del WAIS-IV, se utiliza para evaluar la atención y la memoria de trabajo. Estas evaluaciones nos permiten a los neuropsicólogos diseñar intervenciones personalizadas que aborden los déficits específicos identificados en cada paciente. El uso de una batería completa de pruebas neuropsicológicas asegura una evaluación exhaustiva y precisa, proporcionando una base sólida para el tratamiento y la rehabilitación cognitiva en pacientes que consumen THC.
Intervención neuropsicológica
La intervención neuropsicológica en pacientes con consumo de THC se centra en trabajar sobre los déficits cognitivos y emocionales asociados con esta sustancia, empleando estrategias como la rehabilitación cognitiva y la terapia cognitivo-conductual (TCC).
La rehabilitación cognitiva busca mejorar las habilidades cognitivas comprometidas mediante ejercicios estructurados y repetidos, enfocados en áreas como la memoria, la atención y la función ejecutiva.
Un recurso valioso en este proceso es NeuronUP, dado que nos ofrece una amplia gama de actividades diseñadas para la rehabilitación cognitiva. NeuronUP nos proporciona a los profesionales de la salud mental personalizar el tratamiento según las necesidades individuales de cada paciente, con ejercicios específicos para mejorar diversas funciones cognitivas. Además, la plataforma facilita el seguimiento del progreso del paciente a lo largo del tiempo, permitiendo ajustes en la intervención según sea necesario.
La TCC complementa este enfoque al ayudar a los pacientes a desarrollar estrategias de afrontamiento y manejo de los deseos de consumo, mejorando así su capacidad para controlar el uso de THC y sus efectos negativos.
La combinación de estas técnicas en un enfoque integral puede conducir a una mejora significativa en la calidad de vida de las personas afectadas por el consumo de THC.
La intervención neuropsicológica en pacientes con consumo de THC también incluye un componente crucial de psicoeducación.
Este enfoque se centra en educar a los pacientes sobre los efectos del THC en el cerebro y cómo estos pueden influir en su comportamiento y salud mental. La psicoeducación proporciona a los pacientes una comprensión más profunda de cómo el consumo de THC puede afectar sus funciones cognitivas y emocionales, lo que les permite tomar decisiones informadas sobre su uso de la sustancia.
Además, la psicoeducación ayuda a los pacientes a identificar y manejar los factores desencadenantes que pueden llevar al consumo de THC, desarrollando estrategias de prevención de recaídas y habilidades de afrontamiento para mantener la abstinencia. Al proporcionar a los pacientes este tipo de conocimiento y herramientas prácticas, la psicoeducación desempeña un papel fundamental en la reducción del consumo de THC y la mejora del bienestar general.
La intervención familiar es otra parte esencial del tratamiento neuropsicológico para pacientes que consumen THC. Involucrar a la familia en el proceso de intervención puede proporcionar un apoyo vital y fomentar un entorno de recuperación más favorable.
La intervención familiar incluye sesiones de terapia en las que se educa a los miembros de la familia sobre los efectos del THC y se les enseña cómo apoyar adecuadamente al paciente en su camino hacia la recuperación. Esto puede incluir la implementación de técnicas de comunicación efectiva, el establecimiento de límites saludables y la promoción de un estilo de vida libre de drogas.
Además, la intervención familiar ayuda a los miembros de la familia a reconocer y manejar sus propias respuestas emocionales al comportamiento del paciente, reduciendo el estrés y mejorando la dinámica familiar. Al fortalecer el sistema de apoyo del paciente, la intervención familiar puede aumentar significativamente las probabilidades de éxito en la rehabilitación del consumo de THC.
Perspectivas futuras
Las perspectivas futuras en el tratamiento neuropsicológico del consumo de THC están marcadas por un enfoque cada vez más personalizado y basado en la neurociencia. Se espera que los avances en la comprensión de los mecanismos neurobiológicos subyacentes a los efectos del THC conduzcan a terapias más específicas y efectivas dirigidas a los déficits cognitivos y emocionales.
Lo que está claro es que en todo tratamiento de adicción debe llevarse a cabo mediante un enfoque multidisciplinario, que integre los últimos avances en neurociencia, farmacología, tecnología digital y psicoterapia.
Bibliografía
- Block, R. I., O’Leary, D. S., Ehrhardt, J. C., Augustinack, J. C., Ghoneim, M. M., Arndt, S., & Hall, J. A. (2002). Effects of frequent marijuana use on brain tissue volume and composition. NeuroReport, 13(4), 509-512.
- Crean, R. D., Crane, N. A., & Mason, B. J. (2011). An evidence-based review of acute and long-term effects of cannabis use on executive cognitive functions. Journal of Addiction Medicine, 5(1), 1-8.
- Di Forti, M., et al. (2019). The contribution of cannabis use to variation in the incidence of psychotic disorder across Europe (EU-GEI): a multicentre case-control study. The Lancet Psychiatry, 6(5), 427-436.
- Hart, C. L., van Gorp, W., Haney, M., Foltin, R. W., & Fischman, M. W. (2010). Effects of acute smoked marijuana on complex cognitive performance. Neuropsychopharmacology, 26(7), 1096-1107.
- Lundqvist, T. (2005). Cognitive consequences of cannabis use: Comparison with abuse of stimulants and heroin with regard to attention, memory and executive functions. Pharmacology Biochemistry and Behavior, 81(2), 319-330.
- Ranganathan, M., & D’Souza, D. C. (2006). The acute effects of cannabinoids on memory in humans: a review. Psychopharmacology, 188(4), 425-444.
- Volkow, N. D., et al. (2014). Adverse health effects of marijuana use. New England Journal of Medicine, 370(23), 2219-2227.