La psicóloga general sanitaria Rosa Hidalgo Torres habla en este artículo sobre la teoría del apego, así como los postulados principales de la teoría del apego, aplicaciones y trastornos.
¿Qué es la teoría del apego?
La teoría del apego es un término utilizado para describir los vínculos emocionales. Tienen un impacto significativo en el nacimiento y en el neurodesarrollo.
El apego es el vínculo emocional profundo, que se forma entre una persona y sus figuras de apego primarias, generalmente los padres o cuidadores principales.
Desde el momento del nacimiento, el apego juega un papel crucial en el bienestar y el desarrollo del recién nacido. Los bebés dependen de sus cuidadores para satisfacer sus necesidades básicas, como la alimentación, la seguridad y el afecto. La calidad de la relación de apego influirá en cómo los bebés experimentan y responden al mundo que los rodea.
Cuando los cuidadores responden de manera sensible y consistente a las señales y necesidades del bebé, se establece un apego seguro, lo que promueve un desarrollo saludable y una base segura desde la cual podrán explorar su entorno y desarrollar habilidades cognitivas y emocionales.
¿Quién desarrolló la teoría del apego?
La teoría del apego fue desarrollada por el psicólogo británico John Bowlby, en los años (1969-1980), quien sostuvo que los seres humanos tienen una tendencia innata a buscar la proximidad y el contacto con sus figuras de apego, especialmente en momentos de angustia o peligro.
Bowlby, a través de su trabajo durante la Segunda Guerra Mundial con niños separados de sus padres y que estaban institucionalizados, encontró patrones de comportamiento y respuestas emocionales específicas que eran comunes en todos ellos: una fuerte necesidad de establecer y mantener la proximidad con sus cuidadores principales, especialmente en situaciones de estrés o peligro.
Observó que los niños buscaban el contacto físico, la seguridad y el consuelo de sus figuras de apego para calmar su angustia y restaurar su sensación de seguridad y que la calidad de la relación de apego entre el niño y su cuidador principal tenía un impacto significativo en el desarrollo emocional y en la forma como los niños interactuaban con el mundo.
Los postulados principales de la teoría del apego
La necesidad de apego: Los seres humanos tienen una necesidad innata de establecer vínculos emocionales y afectivos con figuras de apego, especialmente durante los primeros años de vida. Este vínculo proporciona seguridad, protección y apoyo emocional.
La importancia de la figura de apego: El cuidador principal, generalmente la figura materna, desempeña un papel crucial en el desarrollo del apego. Esta figura se convierte en una base segura desde la cual el niño puede explorar el mundo y a la que puede recurrir en momentos de estrés o peligro.
La sensibilidad y capacidad de respuesta del cuidador: La calidad del apego depende en gran medida de la sensibilidad y capacidad de respuesta del cuidador hacia las necesidades emocionales del niño. Los cuidadores que son sensibles, cálidos y consistentes en sus respuestas fomentan un apego seguro y saludable.
Los modelos internos de trabajo: Las experiencias tempranas de apego forman los modelos internos de trabajo en la mente del niño, que son representaciones mentales de las relaciones y el mundo. Estos modelos internos influyen en la forma en que el niño percibe y responde a las relaciones y pueden tener un impacto duradero en su desarrollo emocional y social.
La influencia del apego en el desarrollo posterior: La calidad del apego establecido en la infancia tiene implicaciones para el desarrollo posterior del niño. Los niños con un apego seguro tienden a mostrar una mayor confianza, autoestima, capacidad de regulación emocional y habilidades sociales, mientras que aquellos con un apego inseguro pueden experimentar dificultades en estas áreas.
Su trabajo pionero sentó las bases de la teoría del apego, que ha influido de manera significativa en nuestra comprensión del desarrollo emocional, las relaciones interpersonales y la salud mental a lo largo de la vida.
Tipos de apego
Bowlby identificó cuatro tipos de apego: seguro, evitativo, ambivalente y desorganizado. Estos patrones se manifestaban en las respuestas emocionales y en los comportamientos de los niños cuando se encontraban con situaciones nuevas, estresantes o amenazantes.
- Apego seguro: Los niños con un estilo de apego seguro muestran confianza en sus cuidadores principales y se sienten seguros al explorar su entorno. Estos niños buscan a sus cuidadores en momentos de estrés o ansiedad y se sienten consolados por su presencia. Responden positivamente a la cercanía y la intimidad emocional, y confían en que sus necesidades serán satisfechas.
- Apego evitativo: Los niños con un estilo de apego evitativo tienden a evitar la cercanía y la dependencia emocional. Pueden parecer independientes y mostrarse poco afectuosos con sus cuidadores. Estos niños pueden minimizar la importancia de las relaciones cercanas y pueden tener dificultades para buscar apoyo emocional en momentos de estrés.
- Apego ambivalente: Los niños con un estilo de apego ambivalente muestran una preocupación excesiva por la cercanía y la aprobación de sus cuidadores. Pueden tener dificultades para explorar su entorno y pueden mostrar ansiedad y resistencia cuando sus cuidadores intentan separarse de ellos. Estos niños pueden tener dificultades para sentirse seguros en las relaciones y pueden buscar constantemente la validación y la atención de los demás.
- Apego desorganizado: El apego desorganizado se caracteriza por respuestas contradictorias y confusas en los niños hacia sus cuidadores principales. Pueden mostrar comportamientos contradictorios, como buscar cercanía y al mismo tiempo mostrar miedo o evitación hacia sus cuidadores. Estos niños pueden haber experimentado situaciones traumáticas o abuso, lo que puede genera respuestas desorganizadas en el contexto de las relaciones de apego.
¿Qué trastornos se pueden dar si no hay un apego seguro?
En términos de neurodesarrollo, la calidad del apego influye en la forma en que se desarrollan los circuitos cerebrales y se establecen las conexiones neuronales.
Las regiones cerebrales involucradas son:
Amígdala: La amígdala desempeña un papel crucial en la respuesta emocional y la regulación del miedo. En el contexto del apego seguro, una amígdala saludable y bien regulada permite una respuesta apropiada a las situaciones estresantes y una rápida recuperación después de la resolución del conflicto.
Hipocampo: El hipocampo es fundamental para la memoria y el aprendizaje. Un apego seguro favorece el desarrollo adecuado del hipocampo, lo que facilita la formación de recuerdos emocionales positivos y la capacidad de aprender de las experiencias.
Corteza prefrontal: La corteza prefrontal desempeña un papel crucial en la regulación emocional, la toma de decisiones y la planificación. En el contexto del apego seguro, se promueve el desarrollo adecuado de la corteza prefrontal, permitiendo una mejor autorregulación emocional y una toma de decisiones más equilibrada.
Sistema de recompensa: El sistema de recompensa, que incluye regiones como el núcleo accumbens y el córtex cingulado, está involucrado en la experiencia de placer y gratificación. Un apego seguro favorece la activación saludable de este sistema, permitiendo una mayor capacidad para experimentar y disfrutar de las interacciones sociales y afectivas.
Los bebés que experimentan un apego seguro tienen un sistema de estrés más equilibrado y una respuesta más eficiente a situaciones estresantes.
Por el contrario, los estilos de apego inseguros, pueden experimentar dificultades en la regulación emocional y tener una menor capacidad para establecer relaciones sociales saludables.
Algunos trastornos de apego que se pueden encontrar
- Ansiedad por separación: Algunos niños pueden experimentar ansiedad intensa cuando se separan de sus padres o cuidadores. Pueden tener miedo de que algo malo les suceda o de que sus seres queridos los abandonen. Esto puede afectar su capacidad para separarse de forma tranquila y participar en actividades diarias, como ir a la escuela o dormir solos.
- Dificultades en la regulación emocional: Los niños con un apego inseguro pueden tener dificultades para manejar y regular sus emociones. Pueden tener cambios de humor frecuentes, dificultades para calmarse cuando están molestos o dificultad para expresar sus sentimientos de manera adecuada. Esto puede manifestarse en rabietas frecuentes, comportamiento agresivo o retraimiento emocional.
- Problemas de comportamiento: Los patrones de apego inseguro pueden estar relacionados con problemas de comportamiento en los niños. Pueden mostrar desafío hacia las figuras de autoridad, dificultades para seguir reglas, impulsividad o comportamiento disruptivo. Estos problemas de comportamiento pueden ser una forma de expresar la inseguridad emocional y buscar atención o control en sus relaciones.
- Baja autoestima y dificultades en las relaciones: Los niños con experiencias de apego inseguro pueden tener una baja autoestima y una visión negativa de sí mismos. Pueden sentirse poco valorados o incapaces de establecer relaciones saludables con los demás. También pueden tener dificultades para confiar en los demás o para formar relaciones cercanas y duraderas.
- Trastorno de apego reactivo: En casos más graves, algunos niños pueden desarrollar un trastorno de apego reactivo. Esto ocurre cuando no han tenido una figura de apego constante o han experimentado negligencia o abuso. Estos niños pueden tener dificultades para establecer relaciones significativas, mostrar falta de emociones positivas hacia los demás y tener comportamientos inapropiados.
¿Cómo saber si estoy educando a mi hijo con un apego seguro?
Para evaluar si estás educando a tu hijo con un apego seguro, puedes tener en cuenta las siguientes señales y comportamientos:
- Vínculo emocional cercano: Observa si tu hijo se siente cercano y conectado contigo. Busca signos de que se siente seguro y cómodo al expresar sus emociones y necesidades contigo.
- Búsqueda de consuelo: Observa cómo tu hijo busca consuelo y apoyo emocional cuando se siente angustiado o inseguro. Un niño con un apego seguro se acercará a ti para buscar consuelo y se calmará más rápidamente en tu presencia.
- Exploración y autonomía: Observa si tu hijo se siente seguro para explorar su entorno y asumir pequeños riesgos de manera independiente. Un niño con apego seguro se sentirá confiado para explorar y aprender, sabiendo que puede volver a ti para obtener apoyo si es necesario.
- Regulación emocional: Observa cómo tu hijo maneja sus emociones. Un niño con un apego seguro tiende a tener una mejor regulación emocional, mostrando la capacidad de identificar y expresar sus emociones de manera adecuada.
- Confianza en los cuidadores: Observa si tu hijo confía en ti y en otros cuidadores importantes en su vida. Un niño con apego seguro confiará en que los cuidadores satisfacerán sus necesidades y les proporcionarán un entorno seguro.
- Comunicación abierta y afectuosa: Observa si tienes una comunicación abierta y afectuosa con tu hijo. Un apego seguro se caracteriza por una comunicación clara, respetuosa y afectuosa, donde el niño se siente escuchado y comprendido.
El apego seguro se desarrolla y fortalece a lo largo del tiempo. Siempre es posible trabajar en la construcción de un apego seguro con tu hijo, incluso si hay áreas en las que sientes que necesitas mejorar.
¿Cómo podemos fomentar un apego seguro con nuestros hijos?
Para fomentar un apego seguro con nuestros hijos, es importante tener en cuenta algunas pautas que los cuidadores pueden seguir:
- Establecer una base segura: Los cuidadores deben proporcionar un entorno seguro y predecible para el niño. Esto implica establecer rutinas, ofrecer consuelo y protección cuando el niño está angustiado y brindar un ambiente físico y emocionalmente seguro.
- Responder de manera sensible: Es esencial responder de manera sensible y rápida a las necesidades del niño. Esto implica prestar atención a las señales y expresiones del niño, validar sus emociones y brindar consuelo cuando lo necesite. La capacidad de sintonizar y responder a las necesidades emocionales del niño ayuda a construir una base de confianza y seguridad.
- Establecer una comunicación efectiva: Los cuidadores deben establecer una comunicación abierta y afectuosa con el niño. Esto implica escuchar activamente, hablar con un tono suave y cariñoso, y expresar amor y afecto de manera regular. La comunicación clara y positiva ayuda a fortalecer el vínculo emocional entre el cuidador y el niño.
- Fomentar la exploración y la autonomía: Es importante permitir que el niño explore de manera segura su entorno y fomente su autonomía. Los cuidadores deben proporcionar oportunidades para el juego independiente, el descubrimiento y el aprendizaje, alentando al niño a tomar decisiones y asumir responsabilidades apropiadas para su edad.
Al mismo tiempo, hay ciertas acciones o actitudes que debemos evitar como padres para no interferir con la formación de un apego seguro:
- No ignorar las necesidades emocionales del niño: Ignorar o minimizar las emociones del niño puede generar inseguridad y ansiedad. Es importante estar presente y mostrar empatía hacia las experiencias emocionales del niño.
- Evitar el castigo físico o emocional: El castigo físico o emocional puede dañar la relación de apego y generar miedo y resentimiento en el niño. Es importante establecer límites claros y utilizar métodos de disciplina positivos y respetuosos.
- No ser sobreprotector: Aunque es fundamental brindar protección y seguridad, ser demasiado sobreprotector puede limitar el desarrollo de la autonomía y la confianza del niño. Permitir que el niño tome riesgos calculados y experimente el mundo es importante para su crecimiento.
- Evitar la inconsistencia y la falta de confiabilidad: La inconsistencia en las respuestas o la falta de confiabilidad en los cuidadores puede generar confusión y ansiedad en el niño. Es importante ser coherentes en nuestras acciones y palabras, cumplir con las promesas y demostrar confiabilidad.
Conclusiones
La teoría del apego ha ayudado en la comprensión del desarrollo infantil y ha demostrado su relevancia en la práctica clínica y educativa. Numerosas investigaciones y estudios realizados en este campo han afirmado que el apego temprano es fundamental, ya que los patrones de apego establecidos en la infancia pueden tener repercusiones a lo largo de la vida.
Un apego seguro en la infancia se asocia con un mejor bienestar emocional, mayor resiliencia y mejores habilidades de afrontamiento en la edad adulta. Por el contrario, un apego inseguro puede predisponer a problemas emocionales y dificultades en las relaciones interpersonales en la vida adulta.
La identificación y abordaje de dificultades en el apego durante la infancia pueden tener efectos positivos en el desarrollo emocional y relacional del niño. Cada niño y situación son únicos, y es importante adaptar estas pautas a las necesidades individuales de cada uno. La clave es mantener una relación amorosa, respetuosa y receptiva con tu hijo, y buscar apoyo de un psicólogo infantil si tienes inquietudes o dificultades en la crianza.
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