En este artículo abordamos la relación entre la atención y la velocidad de procesamiento, analizando si forman parte del mismo proceso cognitivo o si son mecanismos diferenciados.
Introducción
Los procesos atencionales y la velocidad de procesamiento constituyen dos elementos cognitivos de gran relevancia en la neuropsicología actual. Ambos se encuentran estrechamente relacionados, de modo que, aunque constituyen constructos diferenciables, a menudo se abordan juntos.
En la práctica clínica y en las tareas cotidianas ambas funciones suelen operar de manera interdependiente, y se ha observado que una alteración en cualquiera de estas dos áreas repercute notablemente en la otra (Ríos et al., 2012; Salthouse, 2000). Además, a lo largo de la historia, los mecanismos atencionales han sido investigados con múltiples tareas experimentales, entre las que destaca el uso de las tareas que miden tiempos de reacción, haciendo que procesos e instrumentos de medida sean, de algún modo, unificados. Estas razones pueden explicar, al menos parcialmente, por qué el estudio de la atención y la velocidad de procesamiento han estado íntimamente relacionados y se han abordado de forma conjunta.
Sin embargo, algunos autores han señalado que la velocidad de procesamiento es un elemento de la cognición que tiene entidad propia y podría ser abordado de forma específica (Bessel, 1820; Donders, 1868; Kant, 1798; Muller, 1801; Ríos et al., 2004; Salthouse, 2000; Schneider y Schiffrin, 1977; Spikman et al, 2000; Von Helmholtz, 1821-1894). En la actualidad, numerosos hallazgos indican que la velocidad de procesamiento, y su alteración, la lentitud en el procesamiento, constituye un elemento fundamental para el diagnóstico y tratamiento de alteraciones del sistema nervioso (DeLuca y Kalmar, 2008).
Atención y velocidad de procesamiento
¿Qué son la atención y la velocidad de procesamiento?
Por un lado, la atención constituye un complejo conjunto de procesos o mecanismos cognitivos dirigidos al mantenimiento de un nivel de activación que permita el procesamiento de la información, y a la orientación, selección y mantenimiento del procesamiento sobre algunos estímulos y acciones relevantes (Posner y Petersen, 1990; Petersen y Posner, 2012). Por otra parte, la velocidad de procesamiento hace referencia al ritmo al que el cerebro recibe, analiza y produce respuestas ante los estímulos (Ríos y Periañez, 2010), lo que no afecta exclusivamente a la atención, sino también al funcionamiento de otros procesos como la memoria, el lenguaje, las funciones ejecutivas o la cognición social.
Estas definiciones permiten detectar algunas diferencias entre ambos mecanismos.
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Bases neuroanatómicas de la atención y la velocidad de procesamiento
A esta cuestión se debe añadir que el sustrato neuroanatómico de cada uno de ellos incide aún más en la existencia de importantes diferencias.
Uno de los modelos más relevantes en el ámbito de la atención plantea la existencia de tres redes atencionales:
- la red de alerta (vinculada a la activación general y el mantenimiento del estado de vigilancia);
- la red de orientación (encargada de la orientación y el desplazamiento del foco atencional);
- y la red ejecutiva (involucrada en la supervisión y el control de la atención).
Éstas guardan relación con estructuras cortico-subcorticales razonablemente determinadas (Petersen y Posner, 2012; Dosenbach et al., 2024).
Por su parte, la velocidad de procesamiento se relaciona, de forma global, con la eficiencia con la que el cerebro transmite y transforma la información. Se ha propuesto que una parte sustancial de la velocidad de procesamiento depende de la integridad de la sustancia blanca y de la conectividad entre regiones cerebrales (Martin-Bejarano, 2024; Vercruyssen; 1993).
Por tanto, ambas funciones se sustentan en redes anatómicas y fisiológicas distintas, y su alteración puede obedecer a mecanismos patofisiológicos específicos.
Evaluación neuropsicológica de la atención y la velocidad de procesamiento
En el ámbito de la evaluación neuropsicológica puede observarse también esa estrecha interacción entre atención y velocidad de procesamiento. Muchas pruebas pensadas originalmente para evaluar diferentes componentes de la atención exigen también velocidad en las respuestas.
Los resultados obtenidos en test como el Trail Making Test (TMT) o el test de Stroop han sido interpretados tradicionalmente en términos de alteraciones en componentes atencionales específicos. Pero estos resultados están mostrando un solapamiento entre los déficits de velocidad de procesamiento y los déficits atencionales. Si un paciente muestra problemas en el control de la atención, es posible que ello se traduzca en un incremento de su tiempo de respuesta. Al mismo tiempo, una marcada lentitud en el procesamiento puede verse erróneamente interpretada como una dificultad atencional.
Si estos componentes no son adecuadamente evaluados y separados se corre el riesgo de establecer un objetivo terapéutico equivocado, con la consecuente pérdida de tiempo, esfuerzo y recursos invertidos (por ejemplo, al trabajar la atención selectiva, cuando el problema real era de lentitud en el procesamiento).
En este sentido, disponer de test neuropsicológicos que ayuden a establecer correctamente estas disociaciones es de gran ayuda. Algunas pruebas facilitan esta tarea. Así, por ejemplo, el Symbol Digit Modalities Test (SDMT) o el índice de velocidad de procesamiento del WAIS, o el cálculo de puntuaciones derivadas en el TMT o el Stroop permiten obtener índices de velocidad de procesamiento relativamente independientes del funcionamiento de otros mecanismos cognitivos.
Sin embargo, es necesario profundizar aún más en los verdaderos causantes de un bajo rendimiento en las tareas. Así, el modelo de tres factores de Costa et al., (2017) indica que, dentro de lentitud en el procesamiento, también es posible distinguir si la lentitud es sensorial, cognitiva o motora. El neuropsicólogo debe tener la capacidad y la precaución para valorar adecuadamente estos elementos. Disponer de pruebas específicas para aislar adecuadamente la afectación de cada componente del procesamiento será de gran ayuda en la delimitación del programa de tratamiento necesario para cada paciente.
Muchos neuropsicólogos son conscientes de la necesidad de realizar esta separación, pero las herramientas disponibles en la actualidad exigen un trabajo añadido por parte de los profesionales que, guiados por las teorías cognitivas disponibles, deben buscar la existencia de estas disociaciones. Por tanto, la evaluación neuropsicológica debe evolucionar hacia pruebas que aíslen, en la medida de lo posible, cada una de estas funciones para un diagnóstico diferencial preciso (Arroyo et al., 2021; Lubrini et al., 2016; Lubrini et al., 2020).
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Rehabilitación y estimulación
Por último, una vez detectado el causante principal de las dificultades del paciente, es necesaria la selección de las tareas que permitan el trabajo específico del componente afectado.
De este modo, disponer de ejercicios y herramientas de intervención separadas para los componentes de la atención y para la velocidad de procesamiento facilitará enormemente la tarea cotidiana del clínico.
Una adecuada clasificación de las actividades para rehabilitación debe contemplar la posibilidad del trabajo de los componentes atencionales sin la presión del tiempo, o introduciendo un componente de velocidad que exija un ritmo de ejecución elevado.
En ocasiones será deseable la presencia de un componente atencional, o de una combinación de atención y velocidad o, incluso, la presencia de tareas de memoria o función ejecutiva, con una elevada presión temporal (lo que facilitará el aprendizaje de estrategias para la gestión de esta presión de forma más generalizada).
Un plan de tratamiento riguroso debe considerar tareas específicas para cada dimensión, al tiempo que se valora la influencia mutua entre ambas. Cuando se logra diferenciar con claridad si un bajo rendimiento obedece predominantemente a un déficit atencional o a una ralentización global, se pueden diseñar intervenciones terapéuticas más precisas y eficaces.
Conclusión
En conclusión, los mecanismos atencionales y la velocidad de procesamiento, aunque cercanos en su contribución a la conducta de las personas, se sustentan en redes neuroanatómicas parcialmente diferenciadas y demandan estrategias de evaluación e intervención igualmente diferenciadas. Comprender y valorar adecuadamente cada función constituye una de las claves para un diagnóstico certero, así como para la implementación de intervenciones rehabilitadoras eficaces en el campo de la neuropsicología.
En los próximos tiempos observaremos como las nuevas tecnologías, la reciente incorporación de la IA y la elevada capacidad de computación disponible en la actualidad, facilitan enormemente este diagnóstico diferencial y el diseño de programas cada vez más optimizado para el trabajo de aquellos componentes afectados y, en última instancia, predecir la evolución y el pronóstico funcional de las personas que acuden a rehabilitación.
Referencias
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- Costa, S. L., Genova, H. M., DeLuca, J., & Chiaravalloti, N. D. (2017). Information processing speed in multiple sclerosis: Past, present, and future. Multiple sclerosis (Houndmills, Basingstoke, England), 23(6), 772–789. https://doi.org/10.1177/1352458516645869
- Donders, F. (1868–1869/1969). “Over de snelheid van psychische processen. onderzoekingen gedann in het physiologish laboratorium der utrechtsche hoogeshool,” in Attention and Performance, Vol. II, ed. W. G. Koster (Amsterdam: North-Holland).
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- John DeLuca, Jessica H. Kalmar (2008) Information Processing Speed in Clinical Populations. New York. Psychology Press
- Lubrini, G., Periáñez, J. A., Fernández-Fournier, M., Tallón Barranco, A., Díez-Tejedor, E., Frank García, A., & Ríos-Lago, M. (2020). Identifying Perceptual, Motor, and Cognitive Components Contributing to Slowness of Information Processing in Multiple Sclerosis with and without Depressive Symptoms. The Spanish journal of psychology, 23, e21. https://doi.org/10.1017/SJP.2020.23
- Lubrini, G., Ríos Lago, M., Periañez, J. A., Tallón Barranco, A., De Dios, C., Fernández-Fournier, M., Diez Tejedor, E., & Frank García, A. (2016). The contribution of depressive symptoms to slowness of information processing in relapsing remitting multiple sclerosis. Multiple sclerosis (Houndmills, Basingstoke, England), 22(12), 1607–1615. https://doi.org/10.1177/1352458516661047
- Martín-Bejarano, M (2024) Correlatos neuroanatómicos de la velocidad de procesamiento de la información. Universidad de Cádiz.
- Petersen, S. E., & Posner, M. I. (2012). The attention system of the human brain: 20 years after. Annual review of neuroscience, 35, 73–89. https://doi.org/10.1146/annurev-neuro-062111-150525
- Posner, M. I., & Petersen, S. E. (1990). The attention system of the human brain. Annual review of neuroscience, 13, 25–42. https://doi.org/10.1146/annurev.ne.13.030190.000325
- Ríos-Lago, M., & Periáñez, J. A. (2010). Attention and speed of information processing. In Encyclopedia of Behavioral Neuroscience, Three-Volume Set, 1-3 (Vol. 1, pp. V1-109).
- Ríos, M., Periáñez, J. A., & Muñoz-Céspedes, J. M. (2004). Attentional control and slowness of information processing after severe traumatic brain injury. Brain injury, 18(3), 257–272. https://doi.org/10.1080/02699050310001617442
- Salthouse T. A. (2000). Aging and measures of processing speed. Biological psychology, 54(1-3), 35–54. https://doi.org/10.1016/s0301-0511(00)00052-1
- Spikman, J. M., van Zomeren, A. H., & Deelman, B. G. (1996). Deficits of attention after closed-head injury: slowness only?. Journal of clinical and experimental neuropsychology, 18(5), 755–767. https://doi.org/10.1080/01688639608408298
- Schneider, W., & Shiffrin, R. M. (1977). Controlled and automatic human information processing: I. Detection, search, and attention. Psychological Review, 84(1), 1–66. https://doi.org/10.1037/0033-295X.84.1.1
- Vercruyssen, M. (1993) Slowing of behavior with age. In R Kastenbaum (Ed.). Enclyclopedia of adult development (pp 457-467). Phoenix Az. Oryx Press
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