El Doctor en Biomedicina Pablo Barrecheguren nos explica la estructura de la memoria y nos cuenta para qué sirve cada tipo de memoria.
Tendemos a pensar en nuestras capacidades intelectuales como bloques únicos y, sin embargo, habilidades como la memoria son más bien una estructura formada por distintos departamentos. Todos ellos están interconectados pero al mismo tiempo separados.
Una prueba de esto nos la dan las enfermedades que afectan a la memoria, como es el caso del alzhéimer: incluso el propio Dr. Alzheimer se dio cuenta de que los pacientes perdían algunos recuerdos antes que otros, ya que su primera paciente diagnosticada con la enfermedad, Auguste Deter, podía decir los nombres de los meses sin cometer un solo error, pero era incapaz de responder si le preguntaban cuál era el onceavo mes del año.
O en los casos de artistas con alzhéimer, frecuentemente los pacientes son capaces de seguir tocando un instrumento o pintando, aunque les cueste recordar su propio nombre completo.
Y otro ejemplo es el síndrome de Kleine-Levin, un síndrome caracterizado por episodios donde los pacientes tienen fases donde experimentan cambios de comportamiento, duermen 12-21 horas al día y tienen problemas de memoria, concretamente en la memoria de trabajo (que es la encargada de almacenar la información transitoriamente mientras estamos haciendo una tarea).
Memoria a largo plazo
Pero si hablamos de memoria en general, normalmente nos solemos referir a la memoria a largo plazo, aquella que almacena la información durante días o incluso décadas, y que se divide en dos grupos:
- Memoria implícita, que es la que usamos para realizar acciones como atarnos los cordones, bailar o ir en bicicleta.
- Memoria declarativa, que es todo nuestro conocimiento consciente y que a su vez se divide en dos secciones:
- La memoria semántica, que es todo aquello que sabemos gracias al estudio, desde la ruta metabólica del ciclo de Krebs, las capitales de Europa o saber que el clima en Escocia es lluvioso pese a que nunca hemos estado allí.
- La memoria episódica son nuestros recuerdos personales. Por ejemplo, si sabemos que en Escocia llueve porque recordamos que cuando fuimos de vacaciones llovía eso es un recuerdo episódico.
Estas divisiones en subtipos de memoria no son un capricho, sino que se han visto diferencias funcionales entre ellas.
Por ejemplo, sabemos que probablemente los seres humanos memorizamos casi todas nuestras experiencias durante toda la vida (memoria episódica). El problema es que memorizar información y recordarla son dos tareas muy distintas…
Proceso multisistémico
El estudio del cerebro indica que los lóbulos temporales son muy importantes en el almacenamiento de recuerdos, y de hecho es posible forzar reminiscencias artificialmente: si a un paciente le colocamos electrodos en estas zonas y las estimulamos los pacientes en algunos casos recuerdan memorias completamente olvidadas hasta el punto que incluso pueden llegar a tener alucinaciones completas donde reviven momentos de su pasado.
Este fenómeno también se da en pacientes que desarrollan problemas en estas áreas. Está documentado el caso de una anciana irlandesa que un día se despertó escuchando canciones de su infancia (canciones que había olvidado hace décadas).
La música siguió durante meses en su cabeza y no se apagó hasta que se recuperó de una pequeña trombosis que tuvo en su lóbulo temporal derecho.
Al hablar de la memoria hay que tener presente que se trata de un proceso multisistémico que involucra también áreas del cerebro como el hipocampo (especialmente importante en la memoria espacial) o los lóbulos frontales (muy importantes en la recuperación de los recuerdos almacenados).
Un poco de olvido
Es muy interesante que en el mundo de la memoria existe el opuesto de las enfermedades neurodegenerativas y el olvido. Hay personas con capacidades nemotécnicas que directamente parecen superhéroes.
Los casos más claros, aunque numéricamente muy infrecuentes, son las personas que tienen ‘memoria autobiográfica altamente superior‘ (HSAM, del inglés highly superior autobiographical memory). Las personas con este tipo de memoria son capaces de recordar con sumo detalle prácticamente toda su vida.
Por ejemplo, les podríamos preguntar qué estaban haciendo hace veinte años a las nueve de la noche y nos dirían lo que estaban cocinando en ese momento, la ropa que llevaban, a qué olía la cocina y todo lo que habían hecho durante ese día.
La pega es que estas personas son literalmente incapaces de olvidar, con lo cual se les recomienda que lleven, en la medida de lo posible, vidas tranquilas, ya que la incapacidad de olvidar les dificulta mucho superar traumas emocionales.
Por ejemplo, un consejo médico es que no se alisten en el ejército. Así que, irónicamente, el camino para una memoria sin problemas pasa por tener un poco de olvido.
Bibliografía
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