Los estudios más recientes en el campo de la Neuropsicología y el uso de la neuroimagen funcional han puesto de relieve la importancia de las funciones ejecutivas (FE). En este artículo te explicaremos cómo mejorar las funciones ejecutivas y su utilidad en la vida diaria.
¿Qué son las funciones ejecutivas?
Las funciones ejecutivas fueron sistematizadas y descritas por primera vez por la neuropsicóloga Muriel Lezak en 1983. A raíz de ello, la investigación en el campo de la Neuropsicología y la neuroimagen funcional ha dado un salto cualitativo y cuantitativo, profundizando en el conocimiento de estas funciones que son esenciales en nuestro día a día y nos garantizan la supervivencia y adaptación al entorno.
Las funciones ejecutivas son actividades mentales complejas, necesarias para planificar, organizar, guiar, revisar, regularizar y evaluar el comportamiento necesario para adaptarse eficazmente al entorno y para alcanzar metas. (Bauermeister, 2008).
Estas funciones ejecutivas son las encargadas de dirigir y planear nuestra conducta.
Es importante matizar que estas funciones cognitivas no son innatas al 100%, sino que las vamos adquiriendo a lo largo de nuestro ciclo vital, y dependen de la maduración para ir adquiriéndose. De hecho, algunas no las instauramos hasta los 25 años, debido a la inmadurez neuronal.
Podemos entender las funciones ejecutivas como una constelación de capacidades que nos ayudan a conseguir nuestros objetivos y metas.
¿Cuáles son las funciones ejecutivas?
Aunque aún existe debate acerca de cuáles son las funciones ejecutivas por la complejidad de su constructo y definición, si que existe un consenso en cuanto a las habilidades cognitivas que las componen:
- Planificación: Esta habilidad nos permite secuenciar nuestra conducta con base en un objetivo. Por ejemplo, si quiero estar preparado a las ocho para acudir a una cena, tengo que planificar los pasos previos que me lleven a la consecuencia de mi meta: Tengo que ducharme y arreglarme antes, calcular el tiempo que me cuesta llegar y aparcar en el sitio…
- Razonamiento: La habilidad de razonar es única y exclusiva de los seres humanos, nos diferencia de los animales y es el proceso cognitivo superior por excelencia. El razonamiento nos permite valorar y elegir nuestras conductas en función de nuestro objetivo, de manera eficaz.
- Memoria de Trabajo: Nos permite almacenar información y operar con ella basándonos en nuestros objetivos. La memoria de trabajo es una habilidad cognitiva imprescindible para nuestro día a día.
- Flexibilidad Cognitiva: Esta habilidad nos permite cambiar el foco de nuestra atención ante diferentes estímulos. La flexibilidad cognitiva nos permite cambiar nuestra forma de pensar y actuar según las demandas del entorno.
- Inhibición: La inhibición es el “freno” cognitivo y conductual. Gracias a la inhibición, podemos evitar prestar atención a estímulos irrelevantes y centrarnos en nuestro objetivo. Además, nos permite resistirnos a estos impulsos.
- Toma de decisiones: La toma de decisiones es la capacidad que tenemos de valorar, seleccionar y elegir la mejor opción para la consecución de nuestros objetivos y metas.
¿Dónde se localizan las funciones ejecutivas?
El lóbulo frontal es la parte más relacionada con la ubicación de estas funciones.
Más concretamente, en el córtex prefrontal se localizan las funciones ejecutivas más complejas y evolucionadas del ser humano.
Las alteraciones en las funciones ejecutivas se han considerado prototípicas de la patología del lóbulo frontal, fundamentalmente de las lesiones o disfunciones que afectan a la región prefrontal dorsolateral.
También intervienen otras áreas cerebrales en estos procesos, como son el hipocampo, los ganglios basales, el cerebelo y la amígdala.
Problemas con las funciones ejecutivas
En general cuando las funciones ejecutivas no responden adecuadamente, tendremos dificultades en nuestra vida diaria para la adquisición de nuevas conductas, mayor impulsividad y dificultad para anticipar consecuencias de nuestras acciones, y una sensible pérdida de la creatividad a la hora de afrontar nuevos retos.
Por otro lado, existe correlación entre enfermedades como la esquizofrenia, el TOC (trastorno obsesivo-compulsivo) el autismo o el TDAH.
¿Cómo mejorar mis funciones ejecutivas?
Pues sí. Gracias a la plasticidad cerebral, cualquier persona que lo desee puede entrenar y mejorar sus funciones ejecutivas.
La realización continuada y repetitiva de ejercicios actuará sobre tu estructura cerebral; en concreto en las redes neuronales implicadas en la función que estés entrenando para restaurar las funciones ejecutivas.
Además, gracias a NeuronUP, entrenarlas es más fácil que nunca. El profesional de la neurorrehabilitación podrá elegir qué función trabajar según las necesidades de cada uno de sus usuarios o pacientes.
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Lucero Cedeño
Buenas tardes, desde Bogotá-Colombia.
Soy Lucero Cedeño, no soy psicóloga ni tengo título profesional pero me llamó la atención el artículo y lo leí. ¡Gracias! Muy sencillo de comprender y muy útil para mi cotidianidad. No se requiere ser psicóloga para interesarse por esos temas. Nuevamente gracias por publicar el artículo.
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Muchas gracias Lucero, nos alegra que le haya gustado el artículo.
Buen día,