Claudia Navarro Pérez, neuropsicóloga clínica especializada en neurocirugías tumorales en pacientes despiertos, expone en este artículo todos los detalles acerca de la neurocirugía para tumores cerebrales en paciente despierto.
¿Qué es la neurocirugía para tumores cerebrales con paciente despierto?
La neurocirugía para tumores cerebrales con paciente despierto, también conocida como «craneotomía con el paciente despierto» es una de las técnicas más complejas y sofisticadas de la medicina moderna, diseñada para tratar algunas enfermedades cerebrales (neurológicas), entre ellas, tumores cerebrales. Esta técnica permite a los neurocirujanos realizar la extracción quirúrgica, asegurándose en el intraoperatorio de no dañar determinadas áreas del cerebro, mediante la monitorización en tiempo real mientras el paciente está consciente.
Procedimiento de la neurocirugía con paciente despierto
El procedimiento se adapta a las características del tumor, incluyendo su tamaño, localización y tipo, así como el estado general del paciente.
Previo a la operación, se examinará si el paciente es candidato para la neurocirugía con el paciente despierto, incluyendo una serie de evaluaciones neurológicas y una explicación de los riesgos y beneficios de determinada cirugía. En caso de ser seleccionado, el neuropsicólogo realizará una evaluación previa para conocer la línea base de las capacidades del paciente en distintas áreas. Es común el uso de pruebas estandarizadas para estimular diferentes áreas cerebrales que deben mantenerse intactas.
Durante la cirugía se realiza un mapeo cerebral. El neurocirujano usa esta técnica para evitar dañar estas áreas y preservar las funciones mencionadas anteriormente. De este modo, en la evaluación intraoperatoria el neuropsicólogo puede hacer preguntas o pedir que identifique imágenes y palabras, cuente números o realice determinados movimientos. Las respuestas otorgadas ayudan al cirujano a identificar y evitar las áreas funcionales en el cerebro. Después de la cirugía, el especialista pedirá una resonancia magnética para asegurarse de que la eliminación del tumor está completa.
Tras la operación, el paciente permanecerá durante varios días en la unidad de cuidados intensivo (UCI). Por lo general, la incorporación a la rutina se lleva a cabo en un periodo máximo de entre seis semanas y tres meses, tiempo durante el cual asistirá a revisiones periódicas con el especialista.
Tipos de tumores que requieren neurocirugía despierta
No todos los tumores cerebrales requieren de un paciente despierto durante el procedimiento quirúrgico. Dicha técnica puede ser aplicada para:
- Ciertos tumores malignos primarios y metastásicos,
- tumores gliales (gliomas de bajo y alto grado),
- cavernomas,
- y malformaciones arteriovenosas cerca de áreas elocuentes, entre otras.
Beneficios de la neurocirugía despierta
La neurocirugía con paciente despierto tiene beneficios notables en comparación con la neurocirugía convencional.
- En primer lugar, la preservación de funciones neurológicas, ya que, al estar despierto, el paciente puede interactuar con el equipo multidisciplinar, lo que ayuda a identificar las zonas cerebrales a evitar durante la operación. Así, el neurocirujano puede ajustar su técnica para evitar áreas críticas y minimizar el riesgo de daño neurológico al extraer el tumor.
- Por otro lado, resultados oncológicos mejorados. El acceso preciso al tumor permite una resección total y segura, lo que disminuye la probabilidad de recurrencia y mejora el pronóstico del paciente.
- Por último, la reducción del tiempo de recuperación. Al evitar la anestesia general prolongada y los riesgos asociados, muchos pacientes experimentan una recuperación más rápida y menos complicaciones postoperatorias.
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Técnicas y herramientas en neurocirugía despierta
La neurocirugía despierta requiere de herramientas avanzadas y un equipo multidisciplinario altamente capacitado. Entre las técnicas y tecnologías utilizadas destacan:
Mapeo cerebral
Técnica que mapea las áreas funcionales del cerebro mediante estimulación eléctrica directa, lo que permite a los cirujanos identificar y evitar zonas críticas gracias a técnicas de estimulación e identificación de estructuras de la corteza cerebral que pueden estar distorsionadas por el tumor.
Neuronavegación
Sistema que guía al neurocirujano en tiempo real mediante imágenes tridimensionales del cerebro, proporcionando una mayor precisión y control sobre la ubicación exacta del tumor.
Monitoreo intraoperatorio
Evaluación continua de técnicas de estimulación de funciones específicas como el lenguaje o la motricidad mientras el paciente realiza ciertas tareas. Esto ayuda al equipo a verificar que la cirugía no afecte dichas áreas. Mediante técnicas de estimulación y registros evocan respuestas y llevan un control continúo en tiempo real durante la cirugía acerca de la funcionalidad de las estructuras cercanas a la lesión. Así mismo, mediante una sonda de estimulación, se pueden inducir fallos por respuestas directamente desde la corteza cerebral y así identificar las estructuras y poder preservarlas.
Estimulación cortical directa
Mediante impulsos eléctricos se evalúan respuestas en el paciente, permitiendo identificar áreas funcionales con mayor precisión.
Tratamiento posterior a la neurocirugía con paciente despierto
La recuperación de una neurocirugía con paciente despierto suele ser más rápida y menos complicada que la de otras técnicas quirúrgicas. Los pacientes generalmente pasan uno o dos días en la unidad de cuidados intensivos (UCI) para realizar un monitoreo cercano y después son trasladados a una habitación regular. La incorporación a la rutina dependerá de la persona, pero muchos pacientes pueden reanudar sus actividades normales en pocas semanas.
Es común que los pacientes experimenten fatiga y algunas molestias postoperatorias, pero muchos de ellos, como hemos mencionado anteriormente, pueden reanudar sus actividades normales en pocas semanas.
La rehabilitación neuropsicológica puede ser necesaria para ayudar a los pacientes a recuperar funciones cognitivas y motoras afectadas. Además, dependiendo del tumor se deberá recibir tratamientos adicionales como radioterapia o quimioterapia para eliminar cualquier resto tumoral y reducir el riesgo de recurrencia.
En resumen, el pronóstico tras una neurocirugía depende de varios factores, incluyendo la localización y el tipo de afección tratada, así como la salud general del paciente. Sin embargo, gracias a esta técnica quirúrgica, muchos pacientes experimentan una mejora significativa en su calidad de vida, con una reducción de los síntomas neurológicos y una recuperación funcional completa. En cuanto, a la rehabilitación y el seguimiento médico, estos son importantes para asegurar una recuperación óptima. Los avances en la tecnología quirúrgica continúan mejorando los resultados y el pronóstico para los pacientes sometidos a neurocirugía.
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Desafíos y avances en neurocirugía despierta para tumores cerebrales
La neurocirugía despierta para tumores cerebrales enfrenta desafíos tanto técnicos como humanos. La necesidad de precisión extrema, el cuidado en la coordinación con el equipo médico y la comunicación constante con el paciente requieren un entorno quirúrgico cuidadosamente controlado. A pesar de estos desafíos, los avances en tecnología y en técnicas quirúrgicas han permitido mejorar sustancialmente los resultados.
Algunos de los avances recientes incluyen:
- La imagenología avanzada: Herramientas como la resonancia magnética funcional y la tractografía han aumentado la precisión de la planificación preoperatoria.
- La realidad aumentada: La realidad aumentada permite a los cirujanos crear mapas cerebrales en tiempo real, visualizando estructuras internas mientras realizan la resección.
- Las técnicas de inteligencia artificial: Ayudan a analizar grandes volúmenes de datos de pacientes y facilita una mejor personalización de los procedimientos, ajustándose a las características específicas de cada caso.
Técnicas de neuroimagen avanzadas
El diagnóstico de tumores cerebrales ha mejorado significativamente con la introducción de técnicas de neuroimagen avanzadas:
- La resonancia magnética (RM) con sus modalidades funcionales y la tomografía por emisión de positrones (PET) permiten a los especialistas no solo identificar la presencia de un tumor, sino también evaluar su metabolismo, agresividad y su impacto en áreas críticas del cerebro.
- La espectroscopía de RM, por ejemplo, ayuda a diferenciar entre tejido tumoral y cicatrices postquirúrgicas, mientras que la tractografía permite visualizar las vías neuronales para planificar la cirugía.
- Uno de los desarrollos más prometedores en el campo de la neuro-oncología es la neuronavegación asistida por imágenes. Esta herramienta utiliza modelos tridimensionales basados en imágenes preoperatorias para guiar a los neurocirujanos durante la intervención, aumentando la precisión y reduciendo el riesgo de daño a las áreas críticas del cerebro.
- Asimismo, el uso de biomarcadores líquidos, como la detección de ADN tumoral circulante en el líquido cefalorraquídeo, está emergiendo como un método no invasivo para monitorear la evolución de la enfermedad y la respuesta al tratamiento.
Mediante avances tecnológicos, las técnicas quirúrgicas modernas en neurocirugía han reducido significativamente los riesgos y mejorado los resultados para los pacientes. Al permitir una mayor precisión, minimizan el daño a los tejidos cerebrales sanos. Además, la recuperación postoperatoria es más rápida y con menos complicaciones.
Conclusión
La neurocirugía para tumores cerebrales con paciente despierto se trata de una opción segura y efectiva para tratar tumores en áreas sensibles del cerebro. Gracias a su capacidad de preservar las funciones neurológicas y minimizar el impacto en la calidad de vida del paciente, esta técnica se está convirtiendo en el estándar de tratamiento para ciertos tumores cerebrales. Con el avance continuo en tecnologías y técnicas, el futuro de la neurocirugía despierta promete aún más precisión y seguridad, brindando una esperanza renovada para los pacientes con tumores cerebrales en áreas críticas.
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