Covadonga García San Nicolás Cantero, psicóloga general sanitaria y neuropsicóloga, explica en este artículo toda la información necesaria para comprender correctamente en qué consiste la disgrafía.
La disgrafía es un trastorno específico del aprendizaje relacionado con una dificultad en la escritura que afecta al desempeño académico de la persona y a su vida cotidiana.
Qué es la disgrafía
Existen diferencias entre los autores a la hora de definir qué es la disgrafía, sin embargo, todos coinciden en la importancia de recalcar que la dificultad existente está relacionada con el grafismo o habilidades grafomotoras, no con las normas ortográficas y/o sintácticas. Así, estos niños no tienen problemas en la planificación de movimientos del cuerpo en general, pero sí les supone un reto la coordinación de la mano o del brazo a la hora de escribir de manera ordenada.
El DSM-5 especifica que estas complicaciones no se deben a una enseñanza inadecuada, ni a la presencia de trastornos neurológicos y/o mentales, ni a trastornos auditivos o visuales sin corregir, dificultades psicosociales o discapacidades intelectuales.
A qué se debe la disgrafía
Según su origen, la disgrafía puede ser adquirida o evolutiva:
- Adquirida: Cuando la persona inicialmente no tiene dificultades en la habilidad de escribir pero, a raíz de una lesión cerebral, pierde su destreza en la escritura.
- Evolutiva: Cuando la estimulación temprana del niño no ha sido suficiente para aprender a escribir.
En la disgrafía hay distintas habilidades o capacidades que se pueden ver alteradas. Algunas de estas capacidades son las siguientes:
- Habilidades motoras finas: Algunas capacidades que se encuentran afectadas en la disgrafía tienen que ver con la planificación motora, con la coordinación visomotriz u ojo-mano, y con las habilidades grafomotoras.
- Funciones ejecutivas: Relacionadas con la capacidad de retener la información y manipularla (memoria de trabajo) que puede afectar a la organización y planificación a la hora de escribir. También se pueden encontrar afectados los procesos relacionados con redactar, revisar y editar lo escrito.
- Habilidades psicolingüísticas: Alteraciones de tipo alográfico, dificultades en la fluidez de la escritura o en la conversión fonema-grafema. Pueden aparecer dificultades en la fonología, sintaxis, morfología, pragmática y semántica del lenguaje.
- Habilidades espacio-temporales: Es común encontrar una disgrafía aferente, es decir, una utilización del espacio del papel inadecuada. Tiende a escribir de manera ascendente o descendente, sin controlar bien los espacios de las letras y palabras y de la hoja en general.
- Lateralidad y esquema corporal: En casos en los que la lateralidad esté mal definida, como por ejemplo en ambidiestros, es común que se encuentre este trastorno. El esquema corporal es fundamental puesto que puede afectar a la posición con la que se agarra la herramienta de escritura y a la postura corporal al escribir.
Tipos de disgrafías
Tal y como sucede con las definiciones de este trastorno del aprendizaje, existen diferentes clasificaciones sobre los tipos de disgrafías existentes. En general, se distingue entre:
- Disgrafía motriz: Cuando el niño no tiene dificultades a la hora de representar mentalmente los símbolos pero sí muestra problemas para reproducirlos por escrito debido a dificultades motrices.
- Disgrafía específica: Cuando la problemática está relacionada con la percepción de las formas para reproducir los símbolos, así como con la dificultades en la orientación espacio-temporal y el ritmo de escritura. En este tipo de disgrafía no hay problemas motores.
Según la ruta de procesamiento alterada:
- Fonológica: Cuando existen alteraciones en la conversión fonema- grafema por una dificultad para integrar la forma de las palabras. Es común encontrar dificultades a la hora de escribir pseudopalabras.
- Superficial: Cuando las dificultades están relacionadas con la ruta visual, teniendo que recurrir a la ruta fonológica. Es decir, estas personas no tienen integrada la construcción de las palabras, lo que puede dar lugar a errores en los grafemas de palabras poligráficas y homófonas.
- Mixta o profunda: Cuando la disgrafía afecta a ambas rutas de procesamiento.
Tratamiento de la disgrafía
Para tratar la disgrafía se deben conocer cuáles son los signos o síntomas del niño. Cabe destacar que cada persona es única, por lo que cada caso presentará distintas dificultades y su intervención tendrá que ser adaptada de manera concreta e individualizada por parte de un profesional.
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Síntomas y signos de la disgrafía
Los signos y síntomas de disgrafía suelen identificarse en la etapa de aprendizaje de la escritura, es decir, cuando el niño está aprendiendo a escribir. Sin embargo, también puede suceder que no se identifiquen estos problemas hasta que las exigencias académicas aumenten, haciendo más evidentes las dificultades.
A continuación, se presentan algunas señales de alerta de disgrafía:
- Posición física y del folio inadecuada a la hora de escribir.
- Complicaciones al hacer la pinza al coger el lápiz.
- Mucha rigidez motora o mucha laxitud cuando escriben, es decir, no hay control en la presión del lápiz, llegando a atravesar el folio en algunas ocasiones.
- Molestias en la mano o en el brazo.
- Trazos irregulares que van variando.
- Distintos tamaños de letras y palabras.
- Lentitud al escribir.
- Problemas al plasmar letras ligadas.
- Escritura ilegible.
- Complicaciones a la hora de ordenar las letras en las palabras, quedando algunas incompletas.
- No se respetan los márgenes del papel, con espacios irregulares a lo largo de la hoja y entre las mismas letras y palabras.
- Desmotivación y frustración a la hora de escribir.
Apoyo a niños con disgrafía
Para ayudar a un niño con disgrafía lo más importante es la detección temprana de estas dificultades. Como se ha comentado con anterioridad, estas dificultades se pueden observar en el periodo de adquisición de la lectoescritura, aunque a veces, hasta que las exigencias académicas crecen, no se detectan los problemas existentes.
Por ello es importante que tanto desde el centro escolar como desde el entorno familiar se preste atención al proceso de aprendizaje del niño. De esta manera se podrá realizar una evaluación y una intervención ajustada a la persona, tratando de que la dificultad del niño no vaya a más, además de tratar de atenuar las consecuencias académicas, socioemocionales y de autoestima que puedan surgir a raíz de la disgrafía.
A continuación se mencionan algunas recomendaciones generales que se pueden tener en cuenta en el caso de disgrafía en un menor, haciendo hincapié en la importancia de que el proceso sea individualizado:
- Comprender y validar lo que siente la persona a la hora de escribir o al pensar en hacerlo.
- Facilitar adaptaciones en el centro escolar.
- Fortalecer las habilidades motoras finas y la coordinación.
- Ofrecer herramientas que compensen las dificultades.
- Favorecer una postura corporal y del papel adecuada a la hora de escribir.
- Utilizar herramientas que faciliten un agarre correcto del lápiz.
- Enseñar técnicas de relajación.
- Trabajar las habilidades viso-motrices, psicolingüísticas, temporo-espaciales y la conciencia del esquema corporal.
- Trabajar la frustración o la presión que pueda sentir la persona con respecto a la escritura.
- Reeducación del grafismo.
Disgrafía y disortografía
La disgrafía y la disortografía son dos conceptos que comúnmente se confunden, por lo que conviene saber identificarlas para distinguirlas y abordarlas correctamente.
La disortografía se relaciona con las dificultades que afectan a las normas ortográficas al escribir una palabra, sin existir problemas grafomotores ni de lectura. En la disgrafía es habitual que se encuentren dificultades ortográficas.
Disgrafía y dislexia
La dislexia también puede llevar consigo dificultades para expresarse por escrito. Sin embargo, es un trastorno específico del aprendizaje que hace referencia a dificultades en la lectura y en la escritura que también puede llevar consigo problemas a la hora de comprender lo que se lee, dificultades para acceder al léxico, errores espaciotemporales y al distinguir la izquierda y la derecha, etc.
A continuación, se proponen unos ejemplos generales de los tres trastornos mencionados. Cabe destacar que, al igual que sucede en la disgrafía, estas dificultades se manifiestan con distinta sintomatología según el niño. Debido a la generalidad de estos ejemplos, lo que se pretende es que se identifique la diferencia entre los trastornos. Sin embargo, habría que realizar una evaluación exhaustiva por parte de un profesional para confirmar el diagnóstico:
- Ejemplo de disgrafía: Raquel tiene 7 años y presenta dificultades a la hora de escribir de una manera organizada en el papel, siendo incapaz de escribir recto aunque el papel tenga líneas o cuadrados, no mantiene la presión adecuada al agarrar el lápiz, haciéndolo demasiado fuerte y llegando a atravesar el papel en ciertas ocasiones. Sus letras son irregulares e ilegibles, teniendo una mala caligrafía. Raquel presenta un CI normal y no tiene problemas de comprensión.
- Ejemplo de disortografía: Ana tiene 8 años y presenta dificultades a la hora de reconocer y aplicar las reglas ortográficas, cometiendo errores frecuentes incluso en las palabras más simples. Ana tiene un desarrollo del lenguaje y un CI normal, y no tiene complicaciones ni en la lectura ni en la escritura.
- Ejemplo de dislexia: Daniel tiene 9 años y presenta dificultades a la hora de comprender lo que lee. Además, cuando lee, lo hace lentamente, cometiendo errores. A veces omite e invierte letras. Daniel tiene un desarrollo del lenguaje y un CI normal, y no tiene complicaciones en la escritura.
Conclusiones
La disgrafía es un trastorno específico del aprendizaje que afecta a la escritura y surge de diferentes factores que interaccionan entre sí, destacando las habilidades grafomotoras. La detección temprana de estos problemas resulta esencial para poder trabajarlos. Además, la disgrafía suele ir acompañada de otras dificultades, por lo que conviene distinguirlas para hacer un diagnóstico diferencial correcto y una intervención adecuada y adaptada a cada caso.
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