En esta entrada, la psicóloga general sanitaria y neuropsicóloga Covadonga García San Nicolás Cantero expone la importancia de la conciencia fonológica.
La conciencia fonológica (CF) es la capacidad que nos permite ser conscientes de cuál es la estructura del lenguaje, es decir, de cómo se organizan los sonidos individualmente en las palabras que pronunciamos, no de su significado. Es una habilidad muy importante en el desarrollo lectoescritor.
Algunos autores definen la conciencia fonológica como una habilidad metacognitiva por un lado, ya que supone una reflexión consciente del lenguaje oral, y metalingüística por otro, ya que involucra distintas dimensiones del sonido del habla. La conciencia fonológica es una capacidad que se aprende a través de las experiencias e interacciones del niño durante su desarrollo.
¿Por qué es importante la conciencia fonológica?
La conciencia fonológica es fundamental en el proceso lectoescritor, ya que gracias a ella podemos decodificar y descomponer las palabras en fonemas, permitiéndonos manipular los sonidos y facilitando la comprensión de la relación entre los sonidos y las letras de manera consciente. Así, una buena conciencia fonológica favorecerá el aprendizaje de habilidades como la lectura y la escritura.
Tener unas buenas habilidades fonológicas también resulta beneficioso a la hora de leer por primera vez palabras desconocidas y para la morfosintaxis, pudiendo estudiarse las funciones y formas de las palabras de una manera más adecuada.
Además, tanto el desarrollo de la conciencia fonológica como el proceso lectoescritor son fundamentales para el desarrollo personal, social e intelectual de las personas.
¿Cuáles son los componentes de la conciencia fonológica?
Antes de hablar de los componentes de la CF, hay que destacar que no implica una grafía o un símbolo gráfico, es decir, para tener conciencia fonológica no hace falta saber todavía cuál es la correspondencia grafema- fonema. Esto es muy importante, ya que muchas veces se confunden ambos conceptos.
La conciencia fonológica tiene dos unidades básicas fundamentales:
- Los fonemas son las unidades más pequeñas de los sonidos del habla. La identificación de los fonemas requiere un entrenamiento. Por ejemplo, la palabra ‘’pie’’ está compuesta por tres fonemas: /p/ – /i/ – /e/.
- Las sílabas constituyen unidades fonológicas en las que se segmentan las palabras. Por ejemplo, la palabra ‘’casa’’ está compuesta por dos sílabas: ‘’ca’’- ‘’sa’’.
La CF se suele trabajar desde estructuras más grandes a estructuras más pequeñas. Por ejemplo, se comenzaría trabajando con frases, palabras y sílabas hasta pasar a fonemas, en lugar de hacerlo de menos a más (de fonemas a frases). Esto es porque, en general, nos resultan siempre más sencillas las unidades más amplias que las más reducidas.
Además, existe un modelo de adquisición de la conciencia fonológica que es jerárquico y se compone de los siguientes niveles de conciencia:
- La conciencia silábica implica ser consciente de cómo se segmentan las palabras y ser capaz de manipularlas.
- La conciencia intrasilábica permite segmentar las sílabas en sus partes. Una sílaba está compuesta del inicio (o también denominado onset) que hace referencia a la consonante o al grupo de consonantes que componen el principio de la palabra; y la rima, que serían las letras que siguen a este inicio. En el siguiente ejemplo se explican mejor estos términos: la sílaba ‘’le’’. El inicio sería ‘’l’’ y la rima sería ‘’e’’.
- La conciencia fonémica se refiere a la habilidad para segmentar las unidades más pequeñas del habla en sonidos discretos como son los fonemas. Es decir, implica ser consciente de que una palabra se compone de distintos fonemas individuales.
¿Cómo se desarrolla la conciencia fonológica?
La conciencia fonológica se aprende a través de la exposición que los niños tienen a los sonidos del lenguaje de su entorno, principalmente de las interacciones con los adultos al hablar con ellos, leerles cuentos, contarles historias, rimas, trabalenguas, música, etc. Todo ello permite a los niños ir siendo conscientes de los sonidos, reconociéndolos y aprendiendo a utilizarlos oralmente.
No existe consenso sobre a qué edad o en qué momento evolutivo los niños están más capacitados para desarrollar o aprender sobre la conciencia fonológica. Además, los niños en etapa prelectora no tienen dificultades para reconocer y manipular las sílabas, por lo que saber escribir o leer no son requisitos previos para aprender sobre la conciencia fonológica.
Sin embargo, para desarrollar la conciencia fonológica es necesario contar con unas habilidades importantes:
- En primer lugar, es fundamental tener la capacidad para escuchar. Esto nos permitirá percibir los sonidos, y prestarles atención a través de la escucha activa.
- Tras esto, es imprescindible tener conciencia del léxico. Esto implica ser capaz de identificar las palabras que existen en las frases.
- También es importante tener conciencia silábica, explicada ya en puntos anteriores.
- La conciencia de rima juega un papel fundamental, ya que implica una comprensión de cómo se estructura el lenguaje, la segmentación de palabras e implica también la capacidad de discriminar entre sonidos parecidos, y reconocer los sonidos finales de las palabras.
- El siguiente paso sería la conciencia de fonema.
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¿Qué se enseña antes?
Esta es una duda que seguramente te surja a medida que vas leyendo esta entrada. Lo que tenemos claro con lo que hemos visto hasta ahora es que la conciencia fonológica es fundamental en el proceso lectoescritor, es decir, tanto para aprender a escribir como para aprender a leer. Más que explicar qué se enseña antes, explicaremos algunas de las habilidades que son necesarias para escribir y para leer de manera general.
Por ejemplo, para poder escribir hay que llevar a cabo una serie de pasos. Primero pensamos en qué queremos escribir. Una vez que lo sabemos, discriminamos los sonidos individuales de las palabras para después poder recuperar la grafía o letra asociada al sonido que queremos plasmar. Para plasmarlo, necesitamos habilidades motrices, que nos permitan realizar los trazos de las letras necesarias.
Por tanto, para poder escribir una palabra correctamente, en general, necesitaremos cumplir con el desarrollo de unos requisitos previos:
- El lenguaje.
- La conciencia fonológica.
- La correspondencia fonema-grafema.
- Las habilidades motrices.
Sin embargo, para la lectura, el proceso es diferente. Lo primero a lo que prestamos atención es al reconocimiento de las letras que tenemos ante nosotros. Una vez la hemos reconocido, hacemos la correspondencia fonema-grafema, produciendo el fonema a partir de la letra. Tras esto, se integran los fonemas, componiendo fonéticamente la palabra. Y, por último, busco la palabra en el léxico para comprender su significado.
Ejemplos de síntomas de déficits en la conciencia fonológica
A continuación, encontrarás ejemplos de cuándo podemos sospechar que existen dificultades en la conciencia fonológica:
- Cuando se cometen errores fonológicos de pronunciación.
- Cuando se tienen dificultades para leer o escribir.
- Cuando se identifican las letras individualmente pero no se es capaz de leer una palabra entera.
- Cuando se tienen dificultades para crear rimas o buscar palabras que rimen con otras.
- Cuando crear palabras nuevas es todo un reto.
- Cuando se cometen errores a la hora de segmentar las palabras en sílabas.
¿Qué ejercicios nos sirven para trabajar la conciencia fonológica?
Para trabajar la conciencia fonológica, no son necesarios materiales en los que aparezcan palabras escritas, o palabras incompletas escritas, etc. ya que, como explicamos con anterioridad, la CF no implica la grafía, sino la estructura de construcción del lenguaje oral.
Ejercicios que impliquen onomatopeyas, trabalenguas, juegos de rimas, segmentación de las palabras en sílabas, la repetición oral de palabras o sonidos escuchados, etc. serían buenas maneras de estimular la conciencia fonológica.
Conclusiones
La conciencia fonológica es una habilidad lingüística que nos permite reflexionar acerca de la organización del lenguaje a nivel fonológico para comprenderlo y manipularlo. Es fundamental para aprender a escribir y a leer. La conciencia fonológica se puede estimular a partir de ejercicios que impliquen actividades fonológicas, sin ser necesaria la utilización de letras escritas o leídas.
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