Conchi Moreno Rodríguez, psicóloga general sanitaria y neuropsicóloga, habla en este artículo acerca de la disfunción cognitiva y regulación emocional en las personas con esclerosis múltiple.
La esclerosis múltiple (EM) es una enfermedad neurodegenerativa que afecta mayormente a los adultos jóvenes. Su sintomatología es muy diversa: síntomas sensitivos, motores, visuales, vesicales, cognitivos, emocionales y fatiga, entre otros. Concretamente, la neuropsicología se enfoca en la disfunción cognitiva, cuyo patrón es amplio, y su objetivo es investigarla y tratarla ya que influye significativamente en la calidad de vida de estas personas.
¿Qué es la esclerosis múltiple?
La esclerosis múltiple es una enfermedad desmielinizante, crónica y autoinmune que se caracteriza por la pérdida de mielina y degeneración axonal, dando lugar al desarrollo de lesiones multifocales, denominada placas, en el SNC (Mahad, Trapp y Lassmann, 2015; Mcalpine, 1973).
Actualmente se siguen considerando varios supuestos sobre la etiología de la enfermedad, no obstante, ésta sigue siendo desconocida, pero todo parece indicar que el origen puede ser multifactorial, influyendo notablemente la predisposición genética y los factores ambientales (Arruti, Castillo-Triviño, Egüés y Olascoaga, 2015; Briggs, et al., 2019).
La esclerosis múltiple es una de las primeras causas de discapacidad neurológica entre adultos jóvenes, y sus manifestaciones clínicas se suelen producir entre los 20 y 40 años, siendo más frecuente en las mujeres con respecto a los hombres (3:1) (Kingwell et al., 2013).
¿Qué tipos de esclerosis múltiple existen y cuáles son sus características clínicas?
Fenotipos de la esclerosis múltiple
- Esclerosis múltiple remitente-recurrente (EMRR): Se caracteriza por la aparición de brotes definidos junto con períodos de recuperación parcial o total de los síntomas. Este fenotipo lo presenta más del 80% de la población de esclerosis múltiple.
- Esclerosis múltiple secundaria progresiva (EMSP): Se define por una persistencia y/o aumento de la discapacidad. Los brotes no se delimitan de forma evidente. Un 50% de pacientes con EMRR desarrollan esta forma progresiva aproximadamente diez años después del comienzo de la enfermedad.
- Esclerosis múltiple primaria progresiva (EMPP): Se caracteriza por una progresión de la sintomatología clínica desde el inicio, con mínimas mejorías. Este fenotipo es poco común con una prevalencia del 10%.
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¿Cuáles son las funciones cognitivas que más suelen afectarse en la esclerosis múltiple?
Neuropsicología de la esclerosis múltiple: patrón cognitivo
La prevalencia del trastorno neurocognitivo en la esclerosis múltiple oscila entre el 40% y el 75% (Chiaravalloti y DeLuca, 2008; Matias-Guiu et al., 2017; Peyser, Rao, La Rocca y Kapplan, 1990). A pesar de que comúnmente el deterioro cognitivo sea de carácter leve, entre un 10% y 20%, aproximadamente, de la población puede cumplir criterios de trastorno neurocognitivo mayor o demencia (Benedict y Bobholz, 2007).
Las funciones cognitivas predominantemente más afectadas son la atención compleja, la velocidad de procesamiento, los procesos mnésicos y de aprendizaje y las funciones ejecutivas, entre otras. Aunque la afectación puede estar presente desde fases iniciales de la enfermedad, la frecuencia de ésta aumenta en las formas progresivas (Matias-Guiu et al., 2017).
Atención
Dentro de los diferentes procesos atencionales, se ha objetivado déficits en la atención sostenida, selectiva y dividida (De Sonneville et al., 2002).
Velocidad de procesamiento
En la esclerosis múltiple es particularmente característico el enlentecimiento de la velocidad de procesamiento de la información. Esta función cognitiva suele verse afectada desde las fases iniciales de la enfermedad, observándose en todos los fenotipos, pero parece que está más afectada en las formas progresivas de la EM (Papathanasiou, Messinis, Georgiou y Papathanasopoulos, 2014).
Procesos mnésicos
El rendimiento en los procesos mnésicos suele ser bastante baja en la esclerosis múltiple. Varios estudios han intentado explicar las deficiencias en la memoria para entender los mecanismos por los cuales dan lugar a dicha afectación, lo que ha dado lugar a varias hipótesis:
- En primer lugar, algunos indican que puede deberse a alteraciones en la evocación/recuperación como causa primaria a dicha disfunción (Rao, Leo y Aubin-Faubert, 1989).
- En segundo lugar, otras investigaciones señalan que son los procesos de codificación y organización los responsables principales, siendo las etapas de evocación/recuperación una afectación secundaria (Lafosse, Mitchell, Corboy y Filley, 2013).
- En tercer lugar, otros señalan que en fases iniciales de la esclerosis múltiple los fallos mnésicos se relacionan principalmente con disfunciones en los procesos de evocación, mientras que en fases avanzadas de la enfermedad es la etapa de codificación que da lugar a dichas alteraciones (Brissart, Morele, Baumann y Debouverie, 2012).
Funcionamiento ejecutivo
Las funciones ejecutivas son otro conjunto de funciones cognitivas que suelen verse afectadas en las personas con esclerosis múltiple. Dentro de los diferentes procesos asociados al funcionamiento ejecutivo se observa que tienen un bajo rendimiento en el control inhibitorio, flexibilidad cognitiva, memoria de trabajo, razonamiento abstracto y fluidez verbal (Cerezo, Martín y Aladro, 2015; Cores, Vanotti, Garcea, Osorio y Politis, 2017; Kouvatsou, Masoura, Kiosseoglou y Kimiskidis, 2019).
Hay que destacar que el estudio del rendimiento cognitivo en la esclerosis múltiple se ha centrado fundamentalmente en funciones como la memoria y la velocidad de procesamiento, mientras que las funciones ejecutivas se han investigado en menor medida, a pesar de su relevancia para monitorizar y regular los aspectos cognitivos, conductuales y emocionales.
Funciones visoespaciales y visoconstructivas
Algunos autores señalan que entre un 21% y 26% de los pacientes con esclerosis múltiple muestran afectación en estas funciones. No obstante, estos dominios cognitivos no han sido ampliamente estudiados e, incluso, ha habido limitaciones en la profundización de dichas alteraciones ya que se sugiere que puede ser debido a déficits visuales primarios (Marasescu, García y Benito, 2016).
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Técnicas de neuroimagen y cognición en la esclerosis múltiple: ¿Qué se ha encontrado?
La técnica más utilizada para realizar el seguimiento clínico de los pacientes es la resonancia magnética ya que, gracias a ella, se puede observar si existen nuevas lesiones o una reagudización de éstas.
El uso de la resonancia y el funcionamiento cognitivo
Aunque se haya aplicado bastante la resonancia magnética para observar la relación entre los cambios del sustrato neuroanatómico de la enfermedad y la cognición en las personas con esclerosis múltiple, actualmente existen técnicas más actuales como la imagen por resonancia magnética funcional (IRMf) y la imagen por tensor de difusión (DTI) que nos han proporcionado nuevas evidencias que la resonancia convencional no captaba (Labbe et al., 2018; Roman y Arnett, 2016).
Por un lado, la IRMf ha ofrecido imágenes sobre los procesos de neuroplasticidad que pueden relacionarse con la afectación cognitiva en fases tempranas de la EM (De Giglio, Tommasin, Petsas y Pantano). Por otro lado, la DTI ha revelado alteraciones microestructurales en la materia blanca y gris de apariencia normal desde fases tempranas de la enfermedad, pudiendo observarse una relación entre el daño de la sustancia blanca y gris con la afectación cognitiva general (Zhang et al., 2016).
Disfunción cognitiva y regulación emocional en las personas con esclerosis múltiple
Debido al curso impredecible de la enfermedad, es frecuente la presencia de
incertidumbre, particularmente en etapas tempranas, en relación a la evolución y gravedad de los síntomas.
Las psicopatologías más comunes son la ansiedad y la depresión. La prevalencia de la sintomatología ansiosa oscila entre el 44,5% y el 57%, mientras que los síntomas depresivos se sitúan en el 50% aproximadamente (Boeschoten et al., 2017; Butler, Matcham y Chalder, 2016).
El estudio de la relación entre la sintomatología ansioso-depresiva y la función cognitiva ha arrojado resultados contradictorios, pero sí se ha observado una relación más consistente con la percepción subjetiva de deterioro cognitivo (Wallis, Köhler y van Heugten, 2020).
Las intervenciones terapéuticas, como el enfoque psicológico cognitivo-conductual, tienen un efecto positivo en la sintomatología emocional descrita y en la percepción cognitiva subjetiva.
¿Por qué es tan importante la intervención psicológica?
Su importancia radica en mejorar la calidad de vida, ya que tanto el diagnóstico como la variedad de síntomas que acompañan la enfermedad, conllevan un gran desafío para las personas que lo padecen. Asimismo, es fundamental debido a que la presencia de la sintomatología depresiva y ansiosa puede contribuir a una mala adherencia al tratamiento (Bruce et al., 2010).
Conclusiones
La esclerosis múltiple (EM) es una enfermedad neurodegenerativa con un amplio abanico de síntomas, entre ellos, la cognición. El deterioro cognitivo es muy prevalente en los pacientes con esclerosis múltiple y su diagnóstico conlleva un impacto considerablemente significativo, ya que afecta a todos los dominios que determinan la calidad de vida (personal, social, académico, laboral…). Por ello, es sumamente relevante no solo el diagnóstico sino también el tratamiento adecuado para mejorar y adaptar, en la medida de lo posible, la funcionalidad de la persona.
Bibliografía
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