Las habilidades visoespaciales
Las habilidades visoespaciales son un proceso innato para cualquier humano y por lo tanto es importante su evaluación e intervención ante cualquier daño cerebral congénito o adquirido. En muchas ocasiones esta habilidad suele confundirse con la percepción o las praxias y es evaluado mediante el copiado de dibujos, como la prueba de la figura de Rey, o bien mediante la replica de modelos, como los cubos de Kohs o las escalas Wechsler. Pero entonces, ¿qué son las habilidades visoespaciales? Y ¿su intervención solo implica copiar y armar objetos…? A lo largo de este texto trataremos de dar respuesta a estas dos cuestiones con el objetivo de comprender el proceso visoespacial y brindar estrategias que permiten la mejoría de estas habilidades ante un daño cerebral.
Definición y componentes de las habilidades visoespaciales
Las habilidades visoespaciales son más complejas que realizar una copia de una figura o armar un modelo, este proceso es un conjunto de habilidades cognitivas asociadas a áreas cerebrales que se encargan del análisis espacial de elementos con el fin de poder replicarlos con exactitud; incluso si éstas se encuentran en movimiento (Stiles et al., 2020). Cuando se habla de un conjunto de habilidades cognitivas principalmente se hace referencia a dos procesos: la percepción visoespacial y la motricidad.
Uno de los principales componentes de las habilidades visoespaciales es la percepción visoespacial, la cual debe diferenciarse de la percepción o gnosia visual. La capacidad de identificar y reconocer un objeto es mejor conocido como percepción visual y esta asociada a redes occipito-temporales; mientras que la capacidad de analizar como se relacionan en el espacio diferentes componentes para lograr un todo se le conoce como percepción visoespacial y se asocia a redes occipito-parietales (Atkinson, 2002; Roselli, 2015; Stiles et al., 2020).
En la clínica se pueden encontrar pacientes que preservan la capacidad de reconocimiento de estímulos visuales pero que fallan al realizar réplicas de dibujos o modelos. Algunas muestras clínicas como el síndrome de Williams, esquizofrenia y/o autismo han demostrado una adecuada capacidad para copiar los elementos locales de una figura pero con dificultades significativas para juntarlas en el espacio (Doniger et al., 2002; D’Souza et al., 2016). En las habilidades visoespaciales, la función motora permite un trazo fino y con adecuado tono. En este caso el cerebelo tiene un peso importante al encargarse de la coordinación entre el ojo y la mano para realizar un trazo adecuado y las redes fronto-estriatales están implicadas en el control motor.
La vía dorsal y las habilidades visoespaciales
Se ha descubierto que los estímulos visuales toman dos rutas para llegar a la corteza occipital y se originan en la retina de los ojos. La vía magnocelular tiene origen en las células retinales ganglionares de gran tamaño y continúa su trayecto por el núcleo geniculado lateral ventral, asciende a la corteza visual primaria (V1) y se proyecta a las áreas V5 y V7A, surco intraparietal y al área parietal inferior (Labos et al., 2008; Stiles et al., 2020); mientras que, la vía parvocelular se origina en las células retinales de menor tamaño, continuan por el tálamo, se proyectan a la corteza visual primaria y de allí a las áreas V2 y V4 y corteza inferotemporal (Labos et al., 2008; Stiles et al., 2020).
Las redes que conforman la vía magnocelular y la corteza occipito-parietal se le conoce como vía dorsal y se asocia con el dónde y cómo se ubican los objetos en el espacio; mientras que las redes parvocelulares y la corteza occipito-temporal se le identifica cómo vía ventral y se asocia con qué objeto se esta observando. Por lo tanto un daño en la vía dorsal traería como consecuencias alteraciones de las habilidades visoespaciales; mientras que la otra conllevaría alteraciones para identificar y reconocer objetos.
Vulnerabilidad de la vía dorsal
El término “vulnerabilidad de la vía dorsal” hace referencia a pacientes y poblaciones donde se han encontrado daño cerebral en estas áreas y presentan alteraciones de las habilidades visoespaciales (Atkinson & Braddick, 2011). Además, se ha identificado que la vía dorsal después se divide en otras tres redes: la parieto-prefrontal, asociada la memoria de trabajo visoespacial; la parieto-premotora, relacionada al movimiento ocular y rastreo visual; y la parieto-temporal, que se asocia con la navegación espacial (Kravitz et al., 2011; van der Ham & Ruotolo, 2017). Por lo tanto, es probable que pacientes con vulnerabilidad de la vía dorsal también presenten alteraciones de la atención selectiva visual, memoria de trabajo visoespacial y en la orientación topográfica.
Desarrollo de las habilidades visoespaciales
Las redes neuronales involucradas en las habilidades visoespaciales comienzan su desarrollo desde los primeros meses de vida.
El modelo de Atkinson y Nardini (2008) revela que la habilidad visoespacial comienza alrededor del mes, cuando el niño comienza a tener control voluntario de sus ojos; a los 3 meses con el intento de alcanzar objetos; entre los 5 a 6 meses con el agarre de objetos; a los 8 meses con la prensión manual; a los 12 meses con el intercambio manual de objetos; entre los 12 y 18 meses comienza a armar torres; entre los 3 a 4 años crea modelos bidimensionales y entre los 5 a 6 años realiza copias de figuras; además para esta edad ya se ha establecido una dominancia y asimetría hemisférica derecha para estas habilidades (Roselli, 2015; van der Ham & Ruotolo, 2017). Por lo tanto, un atraso en la adquisición de estos hitos del desarrollo podrían ser factor de riesgo o síntomas de alarma de una alteración de las habilidades visoespaciales.
La rehabilitación neuropsicológica de las habilidades visoespaciales
La rehabilitación neuropsicológica es un procedimiento que tiene como objetivo mejorar, en el mayor grado posible, las capacidades cognitivas afectadas del paciente con el fin de lograr una óptima adaptación a su vida psicológica, emocional, social, familiar y escolar/laboral (Peña-Casanova et al., 1984). Uno de los objetivos de la rehabilitación de las habilidades visoespaciales es que el paciente logre realizar copias y armar objetos con la precisión más exacta a sus modelos, esto implica no solo ponerlo a copiar sino también estimular procesos previos y dar estrategias que permitan una mejor consolidación de la habilidad visoespacial.
Algunos artículos (Blázquez-Alisente et al., 2004; Serrano-Juárez et al., 2018) donde se ha trabajado la intervención de las habilidades visoespaciales han usado actividades que implican la atención selectiva, movimiento ocular, figura-fondo, rotación mental, entre otras.
Actividades para la intervención neuropsicológica de las habilidades visoespaciales
A continuación se enlistan 6 actividades que pueden usarse para la intervención neuropsicológica de las habilidades visoespaciales:
Tareas de escaneo visual
El movimiento ocular es importante para un adecuado escaneo que permita detectar todos los componentes que conforman una figura. Se le pide al paciente que realice el seguimiento de la punta de un lápiz moviendo únicamente sus ojos; o bien en un ordenador se crea un estímulo que se mueva aleatoriamente por la pantalla y pedirle al paciente que lo siga solo con sus ojos.
Tareas de coordinación visomotriz
Se realiza una tarea similar a la anterior pero en este caso se le pide que lo siga con sus ojos y con el dedo índice de su mano dominante; posteriormente, se le puede pedir que lo haga con un lápiz. Realizar diferentes caminos con diferentes formas; rectos y con curvas, y de diferente grosor, anchos y delgados. Realizar figuras uniendo puntos.
Tareas atención selectiva
Realizar tareas de cancelación enseñándole un rastreo de derecha a izquierda y de arriba hacia abajo; en casos severos se puede hacer uso de su dedo para que le sirva de guía. Realizar tareas de figura-fondo donde se le pide que repase con un color diferente todas las figuras que encuentre.
Tareas de cierre visual
Para que un paciente comience a identificar figuras incompletas primero debe identificarlas de manera completa, por lo que se hacen actividades donde relacione objetos y/o figuras completas e irlas degradando conforme avance. Se hace uso de estrategias como el completar la figura para que logre entrenar el cierre visual.
Tareas de relaciones espaciales
Para mejorar la noción de la lateralidad se le coloca una pulsera azul en la mano derecha y una roja en la izquierda. Asimismo, se puede hacer el juego de “Simón dice…” pidiendo que dé pasos hacia adelante, atrás, izquierda o derecha. Realizar una línea a la mitad de la hoja y pedir que ponga diferentes objetos por arriba, por debajo, a la izquierda o la derecha de ella. Poner tres objetos a diferentes distancias y diferente cantidad de círculos entre cada uno de ellos, posteriormente hay que pedir que mencione cuales están más cerca y cuales más lejos; puede ayudarse con el número de círculos que hay entre cada objeto.
Copiado de dibujos
Pedirle al paciente que realice copias de figuras pero siguiendo una estrategia enseñada por el terapeuta. Por ejemplo primero iniciar por identificar y copiar las figuras más grandes; posteriormente las medianas y finalmente agregar los detalles; además cada paso lo puede hacer con diferente color hasta lograr copias similares al modelo. Armado y ensamblado de rompecabezas.
Conclusiones
El adecuado desarrollo de las habilidades visoespaciales es importante para cualquier individuo ya que se han asociado a otros procesos como el cálculo y la escritura; por lo tanto, el identificar y evaluar a tiempo estas habilidades permitirán crear programas, estrategias y actividades de intervención que logren una mejoría temprana, la cual también podría impactar en otras habilidades, procesos e incluso la conducta adaptativa.
Bibliografía
Atkinson, J. (2002). The Developing Visual Brain. Oxford University Press. https://doi.org/10.1093/acprof:oso/9780198525998.001.0001
Atkinson, J., & Braddick, O. (2011). Chapter 15—From genes to brain development to phenotypic behavior: “Dorsal-stream vulnerability” in relation to spatial cognition, attention, and planning of actions in Williams syndrome (WS) and other developmental disorders. En O. Braddick, J. Atkinson, & G. M. Innocenti (Eds.), Progress in Brain Research (Vol. 189, pp. 261–283). Elsevier. https://doi.org/10.1016/B978-0-444-53884-0.00029-4
Atkinson, J., & Nardini, M. (2008). The neuropsychology of visuospatial and visuomotor development. Child neuropsychology: Concepts, theory and practice, 183–217.
Blázquez-Alisente, J., Paúl-Lapedriza, N., & Muñoz-Céspedes, J. (2004). Atención y funcionamiento ejecutivo en la rehabilitación neuropsicológica de los procesos visuoespaciales. Rev Neurol, 38(5), 487–495.
Doniger, G. M., Foxe, J. J., Murray, M. M., Higgins, B. A., & Javitt, D. C. (2002). Impaired Visual Object Recognition and Dorsal/Ventral Stream Interaction in Schizophrenia. Archives of General Psychiatry, 59(11), 1011. https://doi.org/10.1001/archpsyc.59.11.1011
D’Souza, D., Booth, R., Connolly, M., Happé, F., & Karmiloff-Smith, A. (2016). Rethinking the concepts of ‘local or global processors’: Evidence from Williams syndrome, Down syndrome, and Autism Spectrum Disorders. Developmental Science, 19(3), 452–468. https://doi.org/10.1111/desc.12312
Kravitz, D. J., Saleem, K. S., Baker, C. I., & Mishkin, M. (2011). A new neural framework for visuospatial processing. Nature Reviews Neuroscience, 12(4), 217–230. https://doi.org/10.1038/nrn3008
Más referencias sobre la rehabilitación de las habilidades visoespaciales
Labos, E., Slachevsky, A., Fuentes, P., & Manes, F. (2008). Tratado de neuropsicología clínica. Buenos Aires: Akadia.
Peña-Casanova, J., Pamies, M. P., García, J. S., & Pulido, J. H. (1984). Rehabilitación de la afasia y trastornos asociados. Masson.
Roselli, M. (2015). Desarrollo neuropsicológico de las habilidades visoespaciales y visoconstruccionales. Revista Neuropsicología, Neuropsiquiatría y Neurociencias, 15(1), 175–200.
Serrano-Juárez, C. A., Prieto-Corona, D. M. B., & Yáñez-Téllez, M. G. (2018). Intervención Neuropsicológica en un caso de una niña con Síndrome de Williams. Cuadernos de Neuropsicología/Panamerican Journal of Neuropsychology, 12(2).
Stiles, J., Akshoomoff, N. A., & Haist, F. (2020). Chapter 17—The development of visuospatial processing. En J. Rubenstein, P. Rakic, B. Chen, & K. Y. Kwan (Eds.), Neural Circuit and Cognitive Development (Second Edition) (pp. 359–393). Academic Press. https://doi.org/10.1016/B978-0-12-814411-4.00017-2
van der Ham, I. J. M., & Ruotolo, F. (2017). On inter- and intrahemispheric differences in visuospatial perception. En Neuropsychology of space: Spatial functions of the human brain. (pp. 35–76). Elsevier Academic Press. https://doi.org/10.1016/B978-0-12-801638-1.00002-1