La neuropsicóloga Ainhoa Espinosa de Luzarraga responde a las dudas sobre su ponencia ‘Afectividad y sexualidad tras un daño cerebral adquirido’ realizada en NeuronUP Academy.
Dudas sobre la ponencia de daño cerebral adquirido de Ainhoa Espinosa de Luzarraga
1. Guillermo López-Tello Márquez: ¿Me podrías decir ejemplos de actividades prácticas tanto en intervención individual como grupal?
Hola, Guillermo. Precisamente la guía clínica la hice con este objetivo, que muchas de las tareas que iba haciendo en las intervenciones y de las que me trasladaban sus frutos, estuvieran recogidas de alguna manera para facilitar el trabajo a aquellas personas que estuvieran interesadas. Mira mi página web y si no me escribes y te mando varias dinámicas.
2. Ezequiel Larraza: ¿Cómo trabajan el tema con los juguetes sexuales?
Encantada, Ezequiel. Pues precisamente este tema, más si cabe, con muchísima prudencia sabiendo que no soy ninguna experta en este mercado, pero si la persona que conoce bien a la persona con DCA y que busca aquellas alternativas que le puedan ayudar a su calidad de vida.
Si te tuviera que decir las claves a tener en cuenta, te diría:
- lo primero, antes de nada, debes estudiar el modelo biográfico y el valor otorgado a la sexualidad de esa persona a lo largo de su historia;
- lo segundo conocer muy bien su estado cognitivo conductual para poder adaptarle la búsqueda del tipo de recurso y la utilización del mismo.
Una vez hecho esto es importantísimo hablar del “para qué”. Es decir, qué es lo que echa de menos, porque puede que este juguete no sea de ninguna ayuda y suponga una obligatoriedad más con la que cubrir otras necesidades de tipo afectivo.
No olvides trasladar o explicar un modelo de deseo en el que lo principal está más allá de los genitales e incluso del cuerpo, y son los pensamientos, las imágenes y las fantasías que nos acercan al placer. Este modelo de deseo amplio en el que vivir el juguete como un medio de trabajo de mis pensamientos hacia ideas de satisfacción se hace imprescindible.
Una vez que se valora que la persona necesita reconectar con su deseo y con su parte corporal y con la genital se recomendará:
- Buscar el recurso más sencillo, de fácil manejo e higiene. Se debe acordar si es un recurso para utilizar junto con la pareja, o no, y mostrar el compromiso en seguir este acuerdo a través del cual respetamos la decisión de la otra parte (en casos con pareja).
- Acompañar su buena utilización, es decir, dónde guardarlo para garantizar tu propia intimidad y la de las personas con las que convives, al igual que con quién compartir esta experiencia respetando siempre la intimidad del resto de personas y, su manejo dejando la creatividad en la persona protagonista.
- A posteriori, valorar si haber añadido este recurso durante un tiempo le ha acercado a su mundo del deseo. Seguiremos recordando siempre que el órgano erógeno principal es el cerebro y comprobaremos si este recurso le está ayudando a conectar con los pensamientos y las sensaciones corporales.
Ezequiel, también en la página web tienes un par de artículos en los que traté de plasmar mis experiencias utilizando estos recursos. Te adjunto el link por si te sirve: https://neuropsicologiaysexualidad.com/la-posibilidad-de-recurrir-al-uso-de-otros-recursos-terapeuticos-como-son-los-juguetes-sexuales-para-una-mejor-salud-sexual/
Suscríbete
a nuestra
Newsletter
3. Blanca Alcaráz: Ante el rechazo del afectado a practicar sexo con daño cerebral adquirido, ¿cómo debe actuar la pareja?
Blanca, supongo que estarás de acuerdo conmigo en que debe actuar con libertad, como en cualquier otro aspecto relacional… Creo que el papel de la persona terapeuta debe acompañar, mostrar la realidad, dar alternativas validando emociones y permitir la toma de decisiones. Es decir, inherente a las relaciones de pareja está la adaptación a los cambios que, en ocasiones, con el tiempo supone un peso excesivo para uno de los miembros provocando la desvinculación, al igual que en otras ocasiones no ocurre así, pero, en cualquier caso, la autonomía para valorar las vivencias es precisamente de la persona.
Como profesionales de la neuropsicología, junto con la persona con la afectación, debemos explorar las causas de ese rechazo: si es por miedo a no cubrir expectativas ajenas, por falta de respuestas fisiológicas ante estímulos que antes del DCA provocaban deseo, si es por apatía, si es por desvinculación con la relación con esa persona, etc.
En cualquier caso, sería clave que el acompañamiento terapéutico recayera en la o el neuropsicólogo evitando la falta de apoyo a la pareja en la búsqueda de respuestas y en el proceso de resituarse a la situación de cambio que suelen vivir.
4. Daniella Víquez: ¿Desde su trabajo ha encontrado que a veces los cambios han sido desde las pérdidas pero también ha encontrado cambios positivos de la sexualidad tras un DCA?
Me encanta la positividad que trasladas, Daniela. Pues la verdad es que he notado cambios positivos en algunas personas que les beneficiaban a ellas mismas, pero que, a su vez, suponían un cambio a la hora de volverse a vincular con su entorno, por lo cual, no me atrevo a valorar si eso es algo positivo o no. Depende dónde pongas el foco, en la persona o en sus relaciones establecidas previamente.
¡Me encanta que lo preguntes y, ojalá estas personas lo hayan vivido como positivo después de resituarse tras el DCA, gracias!
5. Alba Martín: ¿Cómo crees que se debería tratar este tema tan relevante en el ámbito de residencia para personas con diversidad funcional? Muchas gracias.
De hecho, Alba he llevado a cabo varias formaciones ofrecidas al personal socio-sanitario de varias residencias de personas con diversidad funcional. Porque es prioritario trabajar nuestra mirada hacia la sexualidad de las personas a las que apoyamos a través de nuestro trabajo y, cómo influimos como entorno que somos en el día a día en su propia casa, que es la residencia.
Debemos dar cabida a la sexualidad en sus “casas”. Considero prioritario valorar si realmente ofrecemos en las residencias de personas con DF un entorno que garantiza los derechos de cada persona independientemente de sus condiciones de salud, incluyendo el derecho a la sexualidad y a la intimidad. Si la salud sexual es el resultado de un ambiente que reconoce, respeta y ejerce los derechos sexuales, no queda otra que plantearnos qué tipo de entorno ofrecemos a estas personas para después realizar cambios en nuestra manera de influir en sus vidas.
En varias ocasiones la iniciativa de estas formaciones fue precisamente del personal dedicado a acompañar en sus “casas” ya que mostraban interés, desde su vocación, en pautas a la hora de garantizar este derecho, pero también a la hora de anticiparnos o manejar conflictos. Experiencias muy gratificantes que tengo la suerte de vivir en mi profesión como docente.
6. Blanca Alcáraz: ¿Cómo se puede trabajar el tema cuando hablamos de personas mayores?
Hola de nuevo, Blanca. Pues incluyendo la sexualidad desde que nacemos y hasta que morimos… Trabajar sin infantilizar y adaptándonos al público, evitando el edadismo que asoma de manera tan habitual y, trabajándonos la mirada que tenemos sobre la sexualidad más allá de la vinculada a la adolescencia, a la procreación o a un modelo exclusivamente coital y que no incluye todas las etapas de la vida.
De hecho, otro sector de la sociedad que sufre discriminación por sus características o condiciones además del de las personas con alguna discapacidad podría ser el de las personas con edad avanzada.
La mirada de la sociedad hacia la erótica de las personas con más edad tiende a ser de rechazo o algo a ocultar, valorado como obsceno, o que se debe a la falta de salud en vez de, precisamente, a la salud en positivo. Muestra de ello, en ocasiones, es la falta de intimidad de las parejas en las residencias o la oferta inicial de una estructura en la que se da por supuesto que no van a tener necesidad de intimidad.
Menos mal que estas aproximaciones y miradas de la longevidad van poco a poco modificándose y se pone mucho mas el foco en la persona y en su dignidad.
Prueba NeuronUP 15 días gratis
Podrás trabajar con nuestras actividades, diseñar sesiones o rehabilitar a distancia
7. Carla María Lazzari: En el caso de desinhibicion elevada, ¿cómo es la manera de abordar: poniendo límites y trabajar esa disminucion o lo contrario, dejar explorar y acompañar para encontrar respuestas? ¿O tal vez dialogar y ver qué desea la persona? No me he encontrado con este tipo de situación.
Carla María, en otra formación con profesionales de la neuropsicología me hicieron la siguiente pregunta: ‘¿incluyes a las personas que muestran desinhibición sexual en tus talleres?’. Creo que va en la línea de la tuya.
Siempre he defendido la eficacia de la intervención antes dificultades conductuales ya que los cambios suelen ser importantes al aplicar las estrategias de los modelos teóricos de modificación de conducta. Educar hacia una salud sexual positiva es también beneficioso y necesario para aquellas personas que, por desgracia, muestran dificultades para inhibir sus respuestas. Por supuesto, hay que concretar que conductas no están permitidas bajo ningún concepto y poner un limite claro por parte de todo su entorno es imprescindible.
Pero, además, los talleres que abordan la sexualidad humana no fomentan la desinhibición de sus participantes. Al contrario, la experiencia nos dice que estos grupos de trabajo potencian:
- el estudio de la conducta por parte del equipo,
- el acompañamiento en la toma de conciencia de déficit,
- la posible anticipación para la evitación de conductas,
- las alternativas diferentes a la conducta a extinguir,
- y las claves dé éxito en cada caso único.
Con carácter previo al taller y de manera general, al tratar de disminuir una conducta desinhibida:
- Lo primero que solemos hacer es seleccionar una conducta concreta de la manera más objetivable y especifica posible (por ejemplo, que no toque a la persona con la que habla).
- Después estudiaremos los antecedentes o los estímulos que provocan que se dé tal conducta (cuando se relaciona de manera individual y no es su turno).
- Así mismo, analizaremos las consecuencias de tal comportamiento o la respuesta que obtiene del entorno, los posibles beneficios (por ejemplo, la atención social).
Una vez en el desarrollo del taller, trataremos de modificar este aprendizaje (antecedentes y consecuencias) que sostiene la desinhibición, enseñaremos estrategias de regulación conductual y potenciaremos la cognición social (selección de respuestas adecuadas según contexto, relación existente, etc.), y el razonamiento adaptándonos a sus posibilidades cognitivas.
En esta misma línea, a través del taller, potenciaremos el auto concepto a través del feedback de compañeros con los que, en ocasiones, aparece la conducta desinhibida.
Por otro lado, un beneficio secundario de tratar este ámbito es que así también se consiguen evitar riesgos al compartir la situación con el entorno. En su caso, explicamos las causas orgánicas de la conducta (por ejemplo, esta reacción aparece por la lesión que sufrió, igual que la falta de fuerza de su pierna). De este modo, fomentamos la empatía con la persona afectada y será más fácil evitar atribuir causas erróneas a tal comportamiento.
Cuando perseguimos disminuir cualquier conducta debemos reforzar la ausencia de la misma. Es decir, premiamos cualquier otra respuesta que no sea la que buscamos modificar, (por ejemplo, si en vez de tocar al otro, se frota las manos). Si este refuerzo se obtiene durante las sesiones grupales del taller por parte de los compañeros, y también se extiende a fuera del mismo, es muy probable que la intensidad y frecuencia de la desinhibición se vea reducida con el tiempo.
La puesta en común por parte de todos los miembros del equipo (fisioterapeutas, logopedas, psiquiatras etc.) resulta clave para la generalización de los aprendizajes. Se dan pautas para que esta intervención conductual se haga extensiva a cada momento relacional, y se pretende que no se limite a los momentos del taller.
Igualmente, la familia es conocedora de las pautas de manejo y la co-terapia funcionará si se comparte la evolución y se va actualizando.
En definitiva, se pretende facilitar el crecimiento de la persona protagonista, de su entorno y del equipo profesional.
8. Victoria Hernández: Cuando llevas ya dos meses trabajando a nivel cognitivo, ¿cómo podría plantear el tema de la sexualidad sin que les resulte violento?
Victoria, estoy segura de que muestras destrezas más que suficientes para hacer sentir cómodas a las personas a las que ayudas. Siempre que hayas trabajado tu mirada amplia de la sexualidad y que por tanto estes preparada para la diversidad de respuestas se trata de manejar las emociones que subyacen a esta situación en la que te entregan una parte de intimidad. Mostrar respeto y agradecimiento para poder apoyarles somo en otros ámbitos.
En otras dimensiones de la vida también suelen agradecer que preguntemos ya que traslada un trato holístico. Por ejemplo, yo desde los primeros años abordaba los posibles cambios en cuanto al control de esfínteres u ofrecía un espacio para abordar el tipo de impacto de la lesión para conocer la implicación emocional…. Y estos son temas muy íntimos y a los que nos hemos acostumbrado a preguntar cuando ha sido necesario para poder valorar y aportar, ¡cómo no hacerlo también con la manera de sentirnos como seres sexuados!
En el contexto y momento adecuado, que tú ya sabes cual es para esa persona que ya conoces, sería recomendable que preguntaras si considera que existen cambios en la manera de relacionarse íntimamente o, si han cambiado las formas en las que cubrir sus necesidades básicas humanas de ternura, afecto y disfrute. Valida como se siente al respecto y extiende la conversación tan sólo si ves que fluye, si no posponlo y cuenta con su entorno según el caso. Simplemente ofrece, muéstrate como referente para estos temas y queda atenta, da la posibilidad de abordar cualquier duda tanto a la persona como a su entorno.
9. Diana Miranda: Soy una estudiante de Psicología que está realizando su TFG sobre una propuesta de intervención en sexualidad y DCA. Me surge la duda de si frente a una intervención grupal, ¿es mejor que los grupos sean heterogéneos u homogéneos en términos de edad, relación con la pareja, etc.?
Diana, en mis experiencias iniciales tenía que ajustarme a las necesidades del recurso en el que trabajaba, por lo que no hice ese tipo de selecciones y aun así te puedo asegurar que al igual que en otros talleres grupales en los que siempre he fomentado la heterogeneidad y tendido a mezclar diferentes personas con diferentes vivencias por los beneficios que se aportan, en estos de sexualidad también encontré esos beneficios.
Si bien lo ideal, te diría que es que el nivel cognitivo sea similar, si puedes realizar grupos más homogéneos a nivel cognitivo si creo que beneficia la marcha del taller, si además consigues escoger otra variable (parejas o situaciones experimentadas) pues adelante, pero no creo que sea imprescindible ya que empatizar con otras situaciones también es rico.
Cuando se trata de grupos de familiares, sí que creo que beneficia vivir la misma relación con la persona afectada, es decir formar los grupos en base al parentesco o relación; grupos de hermanos de afectados, de parejas, de padres/madres, etc.
Disfruta de tu TFM, ya me contarás. Gracias.
Deja una respuesta