Con motivo de la celebración de la Semana del Cerebro 2025, en este artículo descubre cómo la rehabilitación cognitiva ayuda a recuperar funciones cognitivas tras un ictus.
Introducción
El ictus es una de las principales causas de discapacidad a nivel mundial. Su impacto en las funciones cognitivas y emocionales puede ser devastador, afectando tanto la independencia del paciente como sus relaciones personales y calidad de vida. Sin embargo, gracias a la neuroplasticidad, el cerebro tiene la capacidad de adaptarse tras un daño severo. La rehabilitación cognitiva juega un papel crucial en este proceso, permitiendo recuperar habilidades y mejorar la funcionalidad en la vida diaria.
El ictus y sus secuelas cognitivas
El ictus, también conocido como accidente cerebrovascular (ACV), ocurre cuando el flujo sanguíneo al cerebro se ve interrumpido, provocando daño neuronal. Dependiendo de la ubicación y la gravedad del ictus, las secuelas pueden afectar diferentes funciones cognitivas, como:
- Atención y concentración: dificultades para mantener el foco en tareas cotidianas.
- Memoria: problemas para recordar información reciente o aprender nueva.
- Lenguaje: dificultades en la comprensión y expresión verbal (afasia).
- Funciones ejecutivas: alteraciones en la planificación, organización y resolución de problemas.
- Percepción espacial y motora: dificultades en la coordinación y reconocimiento de espacios y objetos.
Estas alteraciones no solo afectan la autonomía del paciente, sino también su interacción con su entorno social y familiar.
El progreso de la neurociencia en la actualidad:
6 investigaciones clave detalladas
Las investigaciones abarcan desde la conectividad funcional en la discalculia del desarrollo hasta los efectos de la estimulación magnética transcraneal en el deterioro cognitivo posterior al ictus.
Neuroplasticidad y reaprendizaje cerebral
La neuroplasticidad es la capacidad del cerebro para reorganizarse y formar nuevas conexiones neuronales. Después de un ictus, las áreas cerebrales no afectadas pueden asumir funciones previamente desempeñadas por las zonas dañadas. Este proceso es fundamental para la recuperación neurológica y puede ser estimulado mediante terapias adecuadas.
Factores que influyen en la neuroplasticidad
Varios factores pueden influir en la capacidad del cerebro para readaptarse después de un ictus:
- Edad y estado de salud previo: aunque la neuroplasticidad es mayor en jóvenes, los adultos también pueden beneficiarse de la restructuración cerebral.
- Grado de daño cerebral: la severidad del ictus influye en la posibilidad de recuperación.
- Intervención temprana: iniciar la rehabilitación cognitiva lo antes posible mejora los resultados.
- Apoyo familiar y social: un entorno positivo favorece la recuperación.
Rehabilitación cognitiva tras un ictus
La rehabilitación cognitiva es un enfoque terapéutico diseñado para restaurar funciones cognitivas afectadas o compensarlas mediante estrategias adaptativas. Su objetivo es maximizar la independencia del paciente y mejorar su calidad de vida.
Estrategias de rehabilitación cognitiva
Las intervenciones deben ser personalizadas según las necesidades de cada paciente. Algunas estrategias incluyen:
1. Terapias de estimulación cognitiva
Se basan en ejercicios específicos para fortalecer las funciones cognitivas alteradas, como:
- Juegos de memoria y atención.
- Actividades de razonamiento y resolución de problemas.
- Entrenamiento en funciones ejecutivas.
2. Uso de tecnología en la rehabilitación
Plataformas como NeuronUP ofrecen herramientas digitales para trabajar funciones cognitivas de manera estructurada y personalizada. La tecnología permite adaptar las actividades a cada paciente, monitorizar su progreso y fomentar la motivación.
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3. Terapia ocupacional y adaptaciones del entorno
La rehabilitación no solo debe centrarse en mejorar las habilidades cognitivas, sino también en enseñar estrategias compensatorias para la vida diaria. Algunas adaptaciones incluyen:
- Uso de agendas y recordatorios visuales para la memoria.
- Organización del entorno para facilitar la movilidad.
- Implementación de rutinas estructuradas.
Cómo afecta el ictus en las relaciones personales
Las alteraciones cognitivas pueden afectar las relaciones personales del paciente. Los problemas en la comunicación, la memoria y la regulación emocional pueden generar frustración en el paciente y su entorno. La neuropsicología juega un papel clave en este aspecto, ayudando a mejorar la comprensión y gestión de estas dificultades a través de:
- Psicoeducación familiar: enseñando estrategias para apoyar al paciente.
- Terapias de comunicación: mejorando la expresión y comprensión verbal.
- Intervenciones en habilidades sociales: facilitando la reintegración en su entorno.

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Conclusión
El cerebro tiene una notable capacidad para reorganizarse y adaptarse tras un ictus, pero este proceso requiere un enfoque estructurado y personalizado. La rehabilitación cognitiva, apoyada en la neuroplasticidad, permite recuperar habilidades y mejorar la calidad de vida de los pacientes. La colaboración entre profesionales, familiares y el propio paciente es esencial para potenciar la recuperación neurológica y fomentar una mejor adaptación a la vida diaria.
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