La neurociencia es un campo de la ciencia que estudia el sistema nervioso y cómo sus diferentes elementos se desarrollan e interactúan para dar lugar a las bases biológicas de la cognición y la conducta. Dentro de ella encontramos la neuropsicología, disciplina que se centra en la relación de las estructuras del cerebro y el comportamiento humano, que es lo que nos ocupa.
Hasta hace poco se pensaba que el ser humano llegaba a un límite máximo de neuronas y ya no se creaban más, o que las conexiones neuronales perdidas no se podían recuperar, pero gracias a la neuropsicología, hoy en día se sabe que esto no es así. El cerebro es plástico y está continuamente aprendiendo del entorno, por eso es importante darle estímulos, entornos y aprendizajes nuevos para que pueda ejercitarse. Cuanto más rica sea la estimulación que una persona haya recibido durante su vida (educación, cultura, experiencias, retos…) más probable es que tenga una reserva que les permita afrontar los cambios asociados a la edad o responder mejor ante una lesión cerebral. Esto se conoce como reserva cognitiva (cantidad de conocimientos, recursos cognitivos y estrategias de afrontamiento que una persona acumula a lo largo de su vida).
Volviendo a la capacidad de aprendizaje del cerebro, decir que es posible gracias la neuroplasticidad, que es el potencial que tiene el cerebro de modificarse y adaptarse en respuesta a la experiencia, a sustancias químicas, a hormonas o a lesiones. Hay que destacar que, aunque el propio cerebro es capaz de activar los sistemas neuroplásticos, estos tienen sus límites, por lo que es fundamental estimularlos y modularlos durante toda la vida. Cuando estamos sanos podemos hacerlo nosotros mismos llevando a cabo determinadas acciones como aprender nuevos conocimientos, cuidar nuestras relaciones sociales, leer, viajar…, pero en el caso de que haya una afectación patológica, es fundamental una adecuada intervención terapéutica enfocada a las necesidades particulares de cada caso. Así, el profesional aprovechará esta capacidad del cerebro de reorganizarse, creando y fortaleciendo las conexiones neuronales, para conseguir la recuperación, bien de manera parcial o incluso completa, tras sufrir un daño neuronal debido por ejemplo a un ictus o un traumatismo craneoencefálico, tan comunes en nuestros días. También la tendrá en cuenta a la hora de tratar enfermedades neurodegenerativas, como pueden ser el Alzheimer o la esclerosis múltiple, ya que aunque no se puede revertir el deterioro, sí se puede enlentecer de manera significativa.
Intervención profesional: La rehabilitación y la estimulación cognitiva
El principal objetivo de ambas es el mismo, lograr que las personas tengan la mejor calidad de vida durante el mayor tiempo posible, pero hablaremos de una u otra en función de la patología que queramos tratar.
Rehabilitación neuropsicológica
La rehabilitación neuropsicológica comprende diversas técnicas de aprendizaje y entrenamiento para que el sujeto recupere dentro de lo posible las capacidades perdidas y desarrolle otras nuevas necesarias para alcanzar el mayor grado de funcionalidad e independencia posibles, tanto a nivel físico cómo psicológico y de adaptación social. Se dirige a las personas que han sufrido un daño cerebral o tienen trastornos del neurodesarrollo, discapacidad intelectual o enfermedad mental, entre otras patologías.
Estimulación cognitiva
La estimulación cognitiva utiliza técnicas similares pero con el objetivo de enlentecer el deterioro cognitivo y mantener y reforzar las capacidades preservadas el mayor tiempo posible. Se aplica en enfermedades neurodegenerativas y el envejecimiento normal.
Ambas deben cumplir tres premisas básicas:
– Ser pautadas y supervisadas por un profesional: es fundamental el rol de un profesional adecuadamente formado y con experiencia a la hora de diseñar y realizar el seguimiento y adaptación de toda intervención neuropsicológica, que abarcará la esfera cognitiva, el terreno emocional, el ámbito psicosocial y el funcionamiento diario de cada sujeto de la manera más adecuada.
– Personalización: cada intervención terapéutica debe ser única y adaptada, ya que depende de factores tan diversos como el tipo de afectación o las características y circunstancias personales del sujeto.
– Validez ecológica y generalización: debe haber relación entre la mejora de las habilidades entrenadas en consulta y su relación con un mejor desempeño de las actividades del día a día. Además, los resultados que produce el entrenamiento en determinadas tareas debe evidenciarse también en otras similares, demostrándose así que lo que realmente ha mejorado es la función de base.
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¿Qué patologías se pueden trabajar con NeuronUP?
Se ha demostrado que el cerebro es un órgano dinámico capaz de experimentar considerables modificaciones después de sufrir lesiones o cambios ambientales. Debido a esto, actualmente se le da una gran importancia a proporcionar una rehabilitación efectiva en los casos de lesión cerebral o una estimulación adecuada para enlentecer el deterioro cognitivo propio de algunas patologías.
Los principales campos que se pueden beneficiar de la neurorrehabilitación y estimulación cognitiva con NeuronUP son:
Daño cerebral adquirido
El daño cerebral adquirido es una lesión de las células del cerebro que se produce después del nacimiento. Puede deberse a diversas causas y, según donde esté localizado el daño, se encontrarán afectados unos u otros procesos. Hay que destacar también que no afectará del mismo modo a un cerebro en desarrollo (niños) que a un cerebro completamente desarrollado (adultos).
Enfermedades neurodegenerativas
Su causa es la muerte progresiva de neuronas en diferentes regiones del sistema nervioso. Esta pérdida progresiva de las células nerviosas es lo que origina los signos y síntomas neurológicos y neuropsicológicos característicos de cada una de ellas.
Trastornos del neurodesarrollo
El cerebro del niño no es una réplica del cerebro del adulto en miniatura, sino que es un cerebro en continuo desarrollo, con un crecimiento a veces vertiginoso, y sujeto a un sinfín de modificaciones y conexiones debidas a la continua estimulación que le proporciona el entorno en el que se desarrolla.
Discapacidad intelectual
Se caracteriza por limitaciones significativas en el funcionamiento intelectual y en la conducta adaptativa, las cuales se manifiestan durante el periodo del desarrollo (es un trastorno del neurodesarrollo, pero hemos considerado adecuado dedicarle una categoría aparte).
Enfermedad mental
Las dos principales donde se observa deterioro cognitivo son:
Esquizofrenia
La esquizofrenia es un trastorno mental, un trastorno complejo de la personalidad que produce distorsiones en el pensamiento, en la conducta y en la percepción de la realidad.
Trastorno bipolar
Se caracteriza por fluctuaciones en el estado de ánimo, destacando en un extremo la manía y en el otro, la depresión. Dependiendo del número de episodios y de la intensidad de los mismos, este trastorno tiene varios tipos.
Envejecimiento normal
El envejecimiento es parte integrante y natural de la vida, pero no todo el mundo pasa por este proceso de la misma forma. La manera en que se envejece y cómo se vive este proceso, así como la salud y la capacidad funcional que se tienen, dependen tanto de la estructura genética como del ambiente que nos ha rodeado durante toda nuestra vida: lo que hemos hecho, el tipo de cosas con las que nos hemos encontrado, cómo y dónde la hemos vivido, etc.
Objetivos de la rehabilitación y estimulación cognitiva
Como ya hemos dicho anteriormente, el objetivo principal tanto de la rehabilitación como de la estimulación cognitiva es lograr que las personas tengan la mejor calidad de vida durante el mayor tiempo posible. Este concepto está directamente relacionado con la autonomía funcional, que se caracteriza por:
- Ser independiente para realizar las actividades de la vida diaria, como poder hacer la compra, hacer la comida, mantener la propia higiene, llevar las cuentas…
- Recibir apoyo familiar y social para relacionarse adecuadamente con el entorno.
- Ser capaces de mantener un estado de salud aceptable, realizando ejercicio físico acorde a sus capacidades y manteniendo una buena alimentación.
- Disponer de herramientas para una adecuada gestión emocional, aprendiendo a controlar la ansiedad, el estrés y los diversos estados de ánimo.