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Audición y cerebro: La relación entre la pérdida auditiva y las funciones cognitivas

Audición y cerebro La relación entre la pérdida auditiva y las funciones cognitivas NeuronUP

Audición y cerebro La relación entre la pérdida auditiva y las funciones cognitivas NeuronUP

Con motivo del Día Mundial de la Audición, en este artículo abordamos la relación entre la audición y el cerebro, poniendo especial atención en cómo la pérdida auditiva afecta a las funciones cognitivas y las estrategias de rehabilitación auditiva que pueden adoptarse

Introducción

Cada 3 de marzo se conmemora el Día Mundial de la Audición, una iniciativa impulsada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para concienciar sobre la importancia de la salud auditiva y la prevención de trastornos auditivos (World Health Organization, 2023). En el campo de la neurorrehabilitación, la audición juega un papel crucial en el procesamiento cognitivo, la comunicación y la calidad de vida.

Estudios recientes han demostrado que la pérdida auditiva no solo afecta la percepción del sonido, sino que también puede impactar negativamente en la memoria, la atención y otras funciones cognitivas clave (Lin et al., 2013).

Este artículo explora la conexión entre la audición y el cerebro, los efectos de la hipoacusia en la función cerebral y las estrategias de rehabilitación auditiva dentro del ámbito de la estimulación cognitiva.

La conexión entre la audición y el cerebro

El sistema auditivo humano es un proceso neurosensorial complejo que no solo involucra a los oídos, sino también a otras estructuras cerebrales esenciales para la percepción de los sonidos y la comunicación (Peelle et al., 2010). 

Cuando el oído capta un sonido, las ondas sonoras se transforman en impulsos eléctricos que viajan a través del nervio auditivo hasta la corteza auditiva, ubicada en el lóbulo temporal del cerebro. Esta área es clave para interpretar el significado de los sonidos, reconocer voces y comprender el lenguaje

Este proceso involucra estructuras clave como: 

Además, la audición está estrechamente relacionada con otras funciones cognitivas. Estudios han demostrado que la pérdida auditiva no tratada puede acelerar el deterioro cognitivo y aumentar el riesgo de demencia (Livingston et al., 2020). Esto podría deberse a la sobrecarga cognitiva que supone compensar la pérdida de audición, así como a la reducción de la estimulación cerebral y la disminución de la interacción social (Oxford University, 2021).

Cuando este sistema se ve alterado por la pérdida auditiva, el cerebro necesita compensar el déficit redistribuyendo recursos para interpretar el sonido con menor eficacia. Investigaciones sugieren que este esfuerzo adicional puede generar una sobrecarga cognitiva y provocar deterioro en otras funciones cerebrales (Lin et al., 2013).

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Impacto de la pérdida auditiva en la función cognitiva

La pérdida auditiva no solo afecta la capacidad para escuchar, sino que también tiene un impacto significativo en la función cognitiva. Cuando el cerebro recibe menos estímulos auditivos, la capacidad de procesamiento y las funciones cerebrales relacionadas, como la memoria y la atención, pueden verse alteradas (Arlinger, 2003). La falta de estimulación auditiva reduce la activación de ciertas áreas cerebrales, lo que puede llevar a una disminución en la eficiencia cognitiva.

Diversos estudios e investigaciones científicas han evidenciado una correlación entre la pérdida auditiva y el deterioro cognitivo, especialmente en adultos mayores (Livingston et al., 2020).

Se han propuesto diversas teorías sobre esta correlación como, por ejemplo, el evitar interacciones sociales. Sin embargo, esto puede desencadenar en un aislamiento social que, junto con la carga cognitiva adicional de intentar comprender sonidos, generaría un estrés mental que aceleraría el deterioro cognitivo (Oxford University, 2023).

Estrategias para la rehabilitación auditiva

La rehabilitación auditiva va más allá de recuperar la capacidad de escuchar, también implica mitigar los efectos negativos de la pérdida auditiva en la cognición y fortalecer la conexión entre la audición y el cerebro

Para conseguirlo, es fundamental implementar estrategias que favorezcan la estimulación cerebral y mejoren la comunicación. Algunas de las más efectivas incluyen la utilización de dispositivos auditivos, la realización de terapias de rehabilitación auditiva especializadas y estimulación cognitiva dirigida, además de la implementación de hábitos saludables que potencien el procesamiento del sonido.

1. Uso de dispositivos auditivos para la rehabilitación auditiva

Los dispositivos auditivos desempeñan un papel clave en la rehabilitación auditiva, puesto que no solo mejoran la capacidad de escuchar, sino que también estimulan el cerebro, ayudando a prevenir el deterioro cognitivo asociado a la pérdida de audición (Lin et al., 2013).

La tecnología ha avanzado significativamente en este campo, ofreciendo soluciones personalizadas para cada tipo de hipoacusia.

El uso de audífonos o implantes cocleares ayuda a estimular el sistema auditivo, mejorar la percepción de los sonidos, evitar la privación sonora y, en última instancia, reducir la carga cognitiva del cerebro. 

El uso de dispositivos auditivos no solo ayuda a compensar la pérdida auditiva , sino que también fortalece la conexión entre la audición y el cerebro, mejorando la calidad de vida y previniendo el aislamiento social.

Diversas investigaciones refuerzan la idea de que proteger la audición con el uso de protección auditiva en entornos ruidosos o la adopción de audífonos, puede prevenir o reducir el riesgo de demencia. Sin embargo, hay que tener presente que el proceso de adaptación a estos dispositivos requiere tiempo y entrenamiento para optimizar su eficacia.

¿Qué dispositivos auditivos se pueden utilizar para la rehabilitación auditiva?

1. Uso de audífonos para la rehabilitación cognitiva

Los audífonos amplifican los sonidos y mejoran la percepción del habla, facilitando la comunicación en distintos entornos. Existen modelos digitales que se adaptan automáticamente a los cambios de volumen y reducen el ruido de fondo, permitiendo una experiencia auditiva más clara y natural.

2. Uso de implantes cocleares para la rehabilitación auditiva

Para personas con pérdida auditiva severa o profunda, los implantes cocleares son una alternativa eficaz. Estos dispositivos transforman el sonido en señales eléctricas que estimulan directamente el nervio auditivo, restaurando la percepción auditiva incluso en casos donde los audífonos no son suficientes.

2. Terapias de estimulación cognitiva para la rehabilitación auditiva

Por otro lado, la rehabilitación auditiva no solo depende del uso de dispositivos auditivos como audífonos o implantes cocleares, sino que también requiere un enfoque integral en el que la estimulación cognitiva juega un papel clave.

Las terapias de estimulación cognitiva ayudan a fortalecer funciones clave como la memoria auditiva, la atención selectiva y la velocidad de procesamiento auditivo, optimizando la capacidad de entender el habla, especialmente en entornos desafiantes (Peelle et al., 2010).

En este sentido, sesiones de estimulación cognitiva enfocadas en la lectura en voz alta, la escucha activa de música y la realización de juegos de memoria auditiva favorecen la integración del sonido con otras funciones cognitivas, mejorando la atención y la comprensión verbal, además de favorecer las conexiones neuronales responsables del procesamiento auditivo.

Entre las técnicas utilizadas destacan:

Actividades de la vida diaria (ADVs)

Las actividades de la vida diaria (ADVs) son esenciales para reforzar las habilidades adquiridas en los entrenamientos auditivos; pues su deterioro y pérdida son indicio de deterioro cognitivo leve (DCL).

Actividades como la comunicación diaria, la interacción en entornos sociales, las compras o la organización del hogar pueden ser entrenadas para facilitar el procesamiento auditivo en situaciones cotidianas. La integración de estas tareas en el día a día promueve la generalización de las habilidades aprendidas, favoreciendo la independencia y mejorando la capacidad de escuchar en contextos naturales.

Beneficios de las terapias de estimulación cognitiva para la rehabilitación auditiva

1. Mejora del procesamiento auditivo

La estimulación cognitiva fortalece habilidades como la memoria de trabajo, la atención selectiva y la velocidad de procesamiento, facilitando la interpretación de sonidos y el reconocimiento del habla, especialmente en entornos ruidosos.

2. Compensación de déficits auditivos

Las personas con pérdida auditiva suelen desarrollar estrategias cognitivas para compensar la disminución de la percepción sonora. Los ejercicios de estimulación cognitiva potencian estas estrategias, favoreciendo la comprensión del lenguaje incluso con una capacidad auditiva reducida.

3. Reducción del esfuerzo auditivo

La pérdida de audición implica un mayor esfuerzo mental para entender los sonidos. El entrenamiento cognitivo optimiza la eficiencia neuronal, disminuyendo la fatiga auditiva y mejorando la calidad de vida.

4. Prevención del deterioro cognitivo

La pérdida auditiva no tratada se asocia con un mayor riesgo de deterioro cognitivo. La estimulación de funciones como la memoria, la atención y las funciones ejecutivas ayudan a prevenir este impacto negativo.

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3. Promoción de hábitos saludables

La prevención y el cuidado del sistema auditivo son fundamentales para evitar la progresión de la pérdida auditiva y optimizar los resultados de la rehabilitación (World Health Organization, 2023).

A continuación se muestran algunos consejos enfocados en mantener una buena salud auditiva y cognitiva:

Conclusión

La relación entre la audición y el cerebro es un campo de creciente interés dentro de la neurorrehabilitación. La pérdida auditiva no solo afecta la percepción del sonido, sino que también puede tener consecuencias en la memoria, la atención y la función cognitiva en general.

La detección temprana, el uso de dispositivos auditivos, las terapias de estimulación cognitiva y la implementación de hábitos saludables son estrategias clave para mitigar estos efectos y mejorar la calidad de vida de los pacientes.

Bibliografía

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