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Sinestesias: qué podemos aprender de ellas

Sinestesias

Sinestesias

El Neuropsicólogo Francisco Javier Tomás explica que es la sinestesia, sus características y qué podemos aprender de esta unión de información sensorial poco común.

«Es de oro el silencio. La tarde es de cristales.«

(Hora inmensa -El silencio de oro-, de Juan Ramón Jiménez)

“Cisnes, los abanicos de vuestras alas frescas

den a las frentes pálidas sus caricias más puras

y alejen vuestras blancas figuras pintorescas

de nuestras mentes tristes las ideas oscuras”.

(Los cisnes, de Rubén Darío)

¿Qué relación tiene una persona que ve la letra “A” de color rojo con un verso de Shakespeare, o con un matemático excepcional? En un principio, diríamos que poca o ninguna. Sin embargo, estas tres realidades (la sinestesia, la metáfora y la matemática) implican procesos y zonas neuronales comunes. Para ilustrarlas, echaré mano del capítulo sobre sinestesia que Ramachandran ha escrito en su último libro, “Lo que el cerebro nos dice: Misterios de la mente al descubierto”.

Además de los ejemplos propuestos al principio, podemos recurrir al vocabulario común para ilustrar la cuestión: “queso fuerte”, “vestir con gusto”, “tu novia es un sol”, “amarillo chillón”, “persona áspera”…

La sinestesia es una condición neurológica caracterizada por integrar información multisensorial en formatos que no son comunes. Por lo tanto no es una cuestión de imaginación –al menos no en ciertas modalidades-, sino de percepción. Yo podría pediros: “Imaginad una manzana morada”. Y lo haríais más o menos sin problema. Pero si os pido que diferenciéis el triángulo que forman los doses en esta figura…

Visión de una persona sin sinestesias

…la cosa se complica, ¿verdad? Un sinestésico número-color lo vería (más bien, podría verlo) de la siguiente forma:

Visión de una persona con sinestesias

Una gran ventaja perceptiva…

En muchas ocasiones la unión de información sensorial depende del formato de entrada (información perceptiva de bajo rango como el procesamiento de líneas y patrones de orientación de líneas), en otras ocasiones existirá una unión percepción-emoción, mientras que en otras depende de operaciones perceptivas de alto rango (como identificar los meses del año…y no os extrañéis si menciono que es algo perceptivo). La diferencia entre uno y otro proceso es la proximidad neuronal de las zonas que implican a esa sinestesia. Aunque he diferenciado las sinestesias emocionales de las “abstractas”, ambas son un proceso de segundo orden.

Sinestesias perceptivas de “primer orden”

Es el caso del primer verso de esta entrada. Se unen dos modalidades perceptivas (acústica –silencio- y visual –oro-). Las variantes más comunes son letra-color, número color, música-color, gusto-tacto.

En las sinestesias que unen modalidades sensoriales, el cerebro agrupa automáticamente información perceptiva de bajo nivel independiente y le da sentido. Por eso el ejemplo anterior de los cincos y los doses. Al ser un fenómeno perceptivo, la modificación de parámetros perceptivos le afecta. ¿Un ejemplo? Cuando alejamos la letra “A”, una persona que presenta la modalidad letra-color comprobará que el brillo y la tonalidad del color con que ve la letra “A” cambian.

Los conceptos lingüísticos no son relevantes para el procesamiento perceptivo de primer orden, aunque sean relevantes para órdenes superiores de agrupamiento.

¿Por qué se forman las sinestesias de primer orden?

Ramachandran ha propuesto una teoría que responde (al menos parcialmente) a esta pregunta. La ha llamado “Hipótesis de la conexión transversal”. Según esta teoría, las sinestesias se producen por una configuración neuronal transversal en ambos sentidos (activación e inhibición) entre áreas de procesamientos “sensoriales” (técnicamente, modulares) que están próximas entre sí. Pero no se trata de una conexión “normal”. Para Ramachandran, esta configuración “especial” se produce en durante la poda neuronal en las primeras etapas de la vida, controlada genéticamente.

Algunos ejemplos de sinestesias:

Sinestesia número-color

El color se procesa (principalmente) en el área V4 (circunvolución fusiforme izquierda), el procesamiento visual de los números, en un área adyacente de la misma circunvolución.

Aquí tenemos un ejemplo de una red neuronal que tiene conectividad transversal de primer orden. En este caso la zona en rojo es la del procesamiento de color mientras que la verde es de procesamiento de los grafemas. Ambas regiones se activan e inhiben transversalmente en las sinestesias (letras y números)-color.

Sinestesia música-color

Los centros auditivos de los lóbulos temporales se encuentran cerca de áreas cerebrales del lóbulo temporal que reciben información superior del color desde V4.

Sinestesia tacto-gusto

El procesamiento del tacto se produce en la corteza somatosensorial primaria S1. La ínsula recibe un input gustativo significativo.

Sinestesias de “segundo orden” emocionales

Son aquellas que “conectan” percepciones sensoriales con estados emocionales, o viceversa. De nuevo, hay que hablar de la ínsula como un centro de procesamiento que conecta ambos sistema. Recibe un input importante de las células receptoras de muchos órganos internos (corazón, músculos, pulmones, piel…) y usa esa información para determinar cómo se encuentra una persona en relación al mundo exterior y el entorno inmediato.

Esta información es un ingrediente principal en el estado emocional. De hecho, una de las redes de las que forma parte la ínsula es la red emocional, formada principalmente por: ínsula, amígdala, hipotálamo y corteza orbitofrontal (implicada en la matización de emociones, entre otros).

Estos circuitos se activan normalmente. Cuando tocamos algo podrido, sentimos asco. Cuando tocamos a un amante, placer. Lo mismo sucede cuando escuchamos melodías tristes, o alegres. En el caso de sinestesias más “extrañas”, se producirían asociaciones del tipo: caras emocionales (circunvolución fusiforme, amígdala) y colores (circunvolución angular), emociones y texturas, emociones y meses del año…

Como ejemplo, el segundo verso de Rubén Darío.

Sinestesias de “segundo orden” abstractas

Para aclararlas, es necesario comprender el concepto multimodal. Piensa en un gato. La palabra te puede evocar conceptos sobre un gato para lo cual se recluta información en el lóbulo temporal izquierdo (por eso una lesión en esta zona produce anomia). Pero también aspectos sensoriales de los gatos: su aspecto (visual), un gato maullando (sonido), su tacto suave, el calor que desprende cuando se acurruca, o su aliento (olor). La integración de todas esas sensaciones es la multimodularidad. Son informaciones contenidas en módulos específicos del cerebro (visión, tacto, sonido, olor…) que se unen para formar un objeto “mental” (imaginar un gato).

Desde este punto de vista, las sinestesias de “segundo orden” son aquellas que combinan información perceptiva con conceptos abstractos. Como ver los meses del año o las estaciones con colores específicos.

¿Por qué se forman las sinestesias de segundo orden abstractas?

La integración (intermodularidad) tiene varios centros neuronales, de los cuales uno de los más importantes es la circunvolución angular, que se encuentra en los lóbulos parietales. Esta área también se ocupa de las secuencias y del cálculo matemático (ojo, no de la multiplicación que se aprende por lo general “de memoria”). Así, una lesión produce acalculia. Esta área  tiene centros superiores de procesamiento del color: ¿podría ser entonces que la comunicación sensorial se diese en ésas áreas, y no en la circunvolución fusiforme? Esto explicaría por qué una secuencia numérica se ve con diferentes colores. ¿Podrían enviarse las informaciones sobre secuencia de vuelta a la circunvolución fusiforme? En los sinestésicos sucede.

El lóbulo parietal inferior izquierdo también está implicado en la abstracción, de tal forma que una lesión o un desequilibrio químico produce “mentes literales”. Podemos recordar algunas respuestas de personas con Alzheimer a preguntas sobre el significado de un refrán. O a los sujetos con esquizofrenia, que tienen una mala interpretación de las metáforas y los proverbios (no de los juegos de palabras, más superficiales).

El lóbulo parietal inferior nos da un punto de apoyo para explicar la relación entre sinestesia y creatividad. Y una clave puede ser la metáfora.

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Las metáforas, la creatividad y la mente matemática

La metáfora permite establecer asociaciones entre conceptos (localizados en los lóbulos temporales superiores) aparentemente inconexos. Muchas personas con sinestesia se destacan por ser brillantes en campos creativos como la música, el diseño, la literatura o las matemáticas. Ahora bien, ¿todas las personas con sinestesia son creativas? Puede ser que la sinestesia sólo predisponga a ello, aunque los factores ambientales parecen ser importantes para el desarrollo de la potencialidad. Aunque no son el mismo fenómeno, la sinestesia y la metáfora pueden compartir mecanismos similares para dar lugar a la creatividad.

Todos somos intermodales hasta cierto punto. Podemos comprobarlo en el caso de kiki y bouba, en el que asociamos una forma física a las ondas que se producen cuando pronunciamos esas palabras. El rasgo intelectual superior en el que puede verse esta intermodularidad son las matemáticas.

KIKI y BOUBA, ¿Cuál es cuál?

Las matemáticas tienen una cualidad perceptiva. Cuando vemos mentalmente una serie de números estamos percibiendo su orden en base a su ordinalidad. Es decir, de izquierda a derecha vemos la secuencia numérica. Por eso nos cuesta más decidir entre dos números cuál es el mayor y cuál el menos si estos están “próximos” que si están “alejados”.

Sin embargo, hay un tipo de sinestesia en la que esta “línea numérica” se ve alterada. Los números no se presentan de uno en uno y con la misma distancia espacial. Es una cualidad que se ha demostrado en algunos matemáticos brillantes, e incluso en autistas con habilidades superiores aplicadas a las matemáticas. Un ejemplo de la alteración en estas líneas es el siguiente gráfico:

Las propiedades de esta línea permiten extraer relaciones entre números que a simple vista no son normativas, pero que realizar cálculos más eficaces. Y los tiempos de reacción en las tareas de decisión (¿qué número es más grande?) se ajustan a esta línea, así como la dificultad para sumar y restar. ¿Y qué parte del cerebro tiene un papel relevante en las representaciones espaciales? La circunvolución angular.

Lo que nos lleva a pensar, ¿son las sinestesias una amalgama de procesos adaptativos que en el pasado permitieron la evolución de la raza humana? ¿Pudo esta habilidad matemática tener una razón evolutiva (segmentar el espacio visible para la caza, por ejemplo) que dio paso a la abstracción compleja? Como especie, integramos las nuevas funciones cognitivas en el mecanismo cognitivo rudimentario que mejor se adaptaba a los conceptos de orden y cantidad.

Lo cierto es que las sinestesias son un buen ejemplo para explicar nuestras funciones cognitivas y la evolución de nuestra especie.

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