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El trastorno límite de personalidad contado en primera persona

El trastorno límite de personalidad contado en primera persona

El trastorno límite de personalidad explicado por Elena Serrano y su experiencia a través de los años con esta enfermedad.

Hola, mi nombre es Elena, tengo 36 años y desde hace 3 años vivo con trastorno límite de la personalidad (TLP) y un cuadro ansioso-depresivo crónico. Aunque fui diagnosticada hace 3 años y medio aproximadamente, desconozco desde hace cuánto tiempo tengo TLP realmente. Además, empecé a tener ansiedad a los 16 años y la depresión no tardó mucho en llegar.

En este artículo hablaré con detalle sobre el trastorno límite de personalidad y mi experiencia a través de los años con este trastorno, que, aunque sea desconocido socialmente, no por ello es menos grave.

¿Qué es el trastorno límite de personalidad?

El trastorno límite de la personalidad es una enfermedad mental grave que se distingue por tener estados de ánimo, comportamiento y relaciones inestables.

La mayoría de las personas con el trastorno límite de la personalidad sufren de:

Las personas con este trastorno también tienen tasas altas de trastornos concurrentes. Por ejemplo, depresión, trastornos de ansiedad, abuso de sustancias y trastornos de la alimentación. Así como la automutilación, los comportamientos suicidas o suicidios.

Síntomas del TLP o borderline

Aunque ya he mencionado algunos síntomas presentes en este trastorno, ciertamente hay una serie de criterios diagnósticos que han sido descritos por el DSM-V (Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales). Este manual es un sistema de clasificación de los trastornos mentales que proporciona descripciones claras de las categorías diagnósticas. Su objetico es que los clínicos e investigadores de las ciencias de la salud puedan diagnosticar, estudiar e intercambiar información y tratar los distintos trastornos.

En esta lista aparecen 9 criterios, sin embargo, para ser diagnosticado con TLP se debe cumplir al menos 5 de estos criterios:

Causas del trastorno límite de la personalidad

En términos generales, hay 2 factores que están interrelacionados y contribuyen al desarrollo de la personalidad. Estos factores son:

  1. Factores ambientales, es decir, la experiencia de la vida de las personas, en particular las experiencias de la primera infancia.
  2. Factores biológicos, es decir, la composición genética y el temperamento.

La genética de las personas y sus experiencias vitales tempranas interactúan de manera compleja para influir en el desarrollo de su personalidad y, posteriormente, en su vulnerabilidad a desarrollar trastornos de personalidad.

Experiencias infantiles

Numerosas investigaciones y observaciones clínicas apoyan la idea de que las experiencias de la infancia juegan un papel importante en el desarrollo de los rasgos de la personalidad y los trastornos de la personalidad.

Las experiencias infantiles traumáticas, como el abuso físico, sexual o emocional y el abandono, han sido identificada como factores de riesgo que aumentan la probabilidad de que se desarrolle un trastorno de personalidad. Pero otras experiencias adversas en la infancia también pueden aumentar el riesgo de las personas de desarrollar características de un trastorno de personalidad.

Los siguientes datos se han extraído de la Escala de Experiencias Familiares en la Infancia (EFI, 2010):

El apego

También hay tipos de apego que considero importantes que haya que mencionar pues ello también puede afectar a la aparición o no de los trastornos de personalidad. Los tipos de apego pueden ser:

Desarrollo del TLP

Hay, por tanto, una desregulación en la edad adulta fruto de los factores que influyen en el ser humano, como dijimos, desde la primera infancia, que se traduce en lo siguiente:

Y el problema no queda sólo aquí, sino que los niños que sufren cualquier tipo de abuso, tienden a interiorizar los mensajes de trato de cómo les trataron a ellos. Por ejemplo, si los pacientes han sido castigados al expresar o sentir una emoción determinada, tenderán a hacer lo mismo cuando sean adultos. También, están las típicas frases que muchos niños han tenido que escuchar y que ahora se creen sólo por el hecho de que cuando eran niños alguien se lo decía repetidamente:

Comorbilidad con otros trastornos

La comorbilidad es la aparición de otra enfermedad clínicamente diagnosticada que convive con la enfermedad principal. En este caso es el trastorno límite de la personalidad.

Trastornos, enfermedades o comportamientos que tienen comorbilidad con el TLP:

Como veis, el trastorno límite de la personalidad es un trastorno muy complejo. Este trastorno se puede compaginar con otros trastornos o bien se puede confundir con ellos, por lo que es muy importante la exploración del paciente y sus síntomas para un diagnóstico correcto.

Tratamientos para el TLP

El borderline es un trastorno que ha sido descubierto muy recientemente gracias a los avances sobre investigación médicos y psicológicos. Hoy en día contamos con una gran variedad de terapias que son muy efectivas. Todas y cada una de ellas son igual de efectivas, cada una con su forma de tratar, pero no por ello menos válida.

A continuación, menciono los tratamientos:

Mi experiencia personal con el trastorno límite de personalidad

Desde mi experiencia, como persona que sufre de trastorno de personalidad límite podría decir muchas cosas, pues hace mucho tiempo que sufro de dicho trastorno. El problema es que no hace tanto que me lo diagnosticaron, y eso ha hecho que mi sufrimiento haya sido mayor.

A los profesionales, digamos psicólogos o psiquiatras, no les suelen gustar las etiquetas, pero cuando estás sufriendo una serie de síntomas (que explicaré a continuación desde mi experiencia), les puedo asegurar que saber que lo que te pasa tiene un nombre resulta de gran ayuda y alivia enormemente. Esto no hace ni mucho menos que se solucione el problema, pues no te va a curar. Sin embargo, es como quitarse un peso de encima.

Mi diagnostico

Como dije antes, de los nueve criterios, hay que tener un mínimo de cinco para ser diagnosticado de TLP, pues yo tengo prácticamente los nueve. Además, estoy diagnosticada de un cuadro ansioso-depresivo crónico.

En primer lugar, todos los factores de riesgo que aumentan la probabilidad de padecer TLP desde la infancia, los he sufrido. Las experiencias adversas, los comentarios que recibía por decir algo que pensaba, sentía o hacía. Todo eso lo he vivido en mis propias carnes. Es lo que tiene haber tenido una familia disfuncional.

En cuanto a los criterios diagnósticos del TLP que se han enumerado en los 9 puntos anteriores, lo que puedo anotar de mis síntomas son:

Infancia

¿Toca hablar de mi infancia? Sí, lo reconozco, mi infancia ha sido totalmente disfuncional. Mi padre era alcohólico y maltratador. Aparte de tenerle miedo, me sentía abandonada por él. No me dejaba tener amigas, ni salir, ni tener ningún tipo de relación con niñas de mi edad. Mi madre también pasaba de mi y sentía abandono por su parte igualmente. Todos los factores de riesgo que aumenta la probabilidad de padecer TLP desde la infancia los he sufrido. A los que más quería y siempre estaban ahí eran mi hermano y mis abuelos. Ya no queda nadie, ni siquiera mi hermano.

La ansiedad, que es crónica, vive conmigo permanentemente. ¿Alguien se hace una idea de lo que es vivir con ansiedad 24 horas al día 365 días al año desde hace 20 años?

Medicación y tratamiento

La medicación supongo que hará su efecto. Imagino que si no la tomara me iría peor. Pero le cuento a mi psiquiatra y veo que no me entiende. Hablo con una psicóloga privada y siempre me cabreo porque también siento que no me entiende. El problema es que se piensan, o bueno, mi psicóloga piensa, que haciendo esto y lo otro, la ansiedad y el resto de los síntomas se apaciguarán. Porque se sabe que el TLP no tiene cura, pero sí se puede conseguir que los síntomas disminuyan y se tenga una vida totalmente normal. Eso lo puedo entender en un TLP “normal”, lo que no entiende que llevo tantísimos años con tanto dolor y tanto miedo y tanta ansiedad y tanto rencor y tanto de todo, que yo a veces pienso que soy un caso perdido.

Conclusión

Para concluir, lo único que puedo decir es que mi vida, desde que tengo uso de razón, ha sido un infierno. Si pienso en mi niñez, solo recuerdo malos tratos físicos y psicológicos, miedo y abandono, según iba creciendo, recuerdo más malos tratos, más miedo y más abandono y le añadimos ataduras. En la adolescencia, recuerdo ansiedad, ataduras y abandonos. La edad adulta, hasta los 22 años, recuerdo ataduras, ansiedad, dolor, rabia, hacia los demás y hacia mí misma. Esa rabia empezó desde niña y ha ido creciendo conmigo. Hoy continúa a mi lado y no creo que se vaya jamás. Y el resto de mi edad adulta, recuerdo abandono, dolor y rabia, y ansiedad claro, esa empezó a los 16 años como ya he mencionado.

Y esta es mi vida.

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