La psicoterapeuta, consultora de formación y mentora académica, Genoveva Díaz, explica en este artículo cómo trabajar el entrenamiento cognitivo para reeducar la conducta.
1. Una aproximación a los procesos cognitivos y los procesos emocionales
Las personas somos organismos complejos con un cerebro que desarrolla modelos internos del mundo que nos rodea, para poder interactuar con él de forma flexible, permitiéndonos adaptarnos a los cambios. O, dicho de otra forma, somos seres predictivos que utilizamos nuestro cerebro para imaginar diferentes escenarios que nos permitan ensayar las posibles respuestas y anticipar los posibles resultados, y una vez tomadas las decisiones, descartar los escenarios no deseables y elegir las opciones más favorables para nosotros.
Con esta idea, tenemos que partir de la premisa, que ningún/a niño/a, va a elegir de forma consciente ser “el disruptivo”, “el agresivo”, “el vago” o “el despistado” de la clase o de la familia. Si esto se da, algo está fallando en sus procesos cognitivos. Más concretamente, en los procesos cognitivos que se encargan del control y regulación de la conducta.
2. Los procesos cognitivos que conforman la conducta: las funciones ejecutivas
Lo que le pedimos al cerebro sano es que nos permita llevar a cabo una conducta eficaz (M. Lezak, 1982), socialmente aceptable, una conducta inteligente (J. Tirapu Ústarroz, et al). Lo conseguiremos tras haber planificado un proceso de acciones y tomando decisiones para la ejecución de las mismas.
De estos procesos cognitivos se encargan las funciones ejecutivas, que se encuentran en el lóbulo frontal del cerebro, y las podemos definir como el conjunto de habilidades que nos permiten programar, regular, controlar y ejecutar nuestra conducta para alcanzar nuestros objetivos.
Por todo esto, es difícil desligar lo cognitivo de lo emocional, ya que cuando las funciones ejecutivas se ponen en marcha, lo hacen para que la persona funcione de una forma normalizada y sana. Para ello van a conjugar información de lo que conocemos a través nuestra memoria, para recuperar conocimientos previos, de la atención para hacer una estimación de los resultados y de la velocidad de procesamiento para tomar una decisión.
3. El entrenamiento neurocognitivo
Desde el gabinete UpGrow, cuando una familia acude a consulta por sugerencia del centro escolar o porque ellos mismos han observado alguna conducta disruptiva, empezamos a trabajar con el niño o la niña a través del juego. El juego es una herramienta que nos permite conocer a la persona en su esencia, porque cada juego es una representación imaginaria o fantástica de situaciones reales o habituales.
En el juego hay unas normas o reglas del juego que hay que conocer y que hay que respetar. Cuando jugamos el cerebro consciente se relaja, la información entra sin sesgos, permitiendo aprendizajes naturales y que perduran. Hay muchos tipos de juegos, manipulativos y multimedia, y podemos utilizarlos para trabajar diversos procesos cognitivos y, en consecuencia, conductuales.
Entrenamiento cognitivo con NeuronUP
La plataforma de rehabilitación y estimulación cognitiva NeuronUP, complementa la intervención psicopedagógica que hacemos en el gabinete, porque está planteada en formato lúdico y digital. En el tema que nos ocupa, que es el de la reeducación de la conducta a través del entrenamiento neurocognitivo, programamos sesiones con actividades que mejoran las siguientes competencias conductuales.
Prueba NeuronUP 15 días gratis
Podrás trabajar con nuestras actividades, diseñar sesiones o rehabilitar a distancia
Niña de 7 años con dificultades atencionales y matemáticas
Por poner un ejemplo:
Si queremos complementar nuestra intervención en el caso de una niña de 7 años con dificultades atencionales, que acompaña con dificultades en el área matemática, le vamos a programar sesiones, en la plataforma de entrenamiento NeuronUP, con juegos que requieran ejercitar los procesos atencionales y que impliquen el uso del razonamiento lógico-matemático, añadiendo paulatinamente actividades numéricas.
Al principio, intentamos que se trabajen las competencias matemáticas de una manera poco evidente para la alumna, y así evitar que encuentre relación con los contenidos del cole y tenga una reacción negativa o de rechazo. Algunos ejemplos de estos juegos que combinan atención y matemáticas son:
- Orden en la Granja: es un “sudoku” de dibujos enfocado a trabajar la memoria de trabajo, la flexibilidad cognitiva, la planificación y el razonamiento,
- Cuenta sonidos: se presenta una secuencia de sonidos que hay que escuchar con atención (atención sostenida) para ir contándolos y dar un resultado al final. Estamos trabajando las funciones ejecutivas de memoria de trabajo y la velocidad de procesamiento.
La atención, a través de la audición, también se puede trabajar con la actividad de Director de Orquesta.
- Para trabajar el razonamiento, la memoria de trabajo y la velocidad de procesamiento, hay varias actividades con números:
- Ordenar números: velocidad de procesamiento,
- Números revueltos: razonamiento matemático,
- Chapas: memoria de trabajo, atención sostenida, heminegligencia, inhibición.
Conclusiones
La idea al escribir este artículo es hacer una aproximación rápida de cómo el funcionamiento de nuestros procesos cognitivos modela nuestra conducta.
Si un alumno o una alumna siente que tiene las estrategias propias para atender en clase, entender las explicaciones, levantar la mano, salir a la pizarra a resolver un problema… por ende, le acompañan un conjunto de emociones positivas que van a motivar su esfuerzo y a fomentar su “buena” conducta.
Si un niño o niña no responden de forma natural a lo esperado, lo que consideramos normalizado o típico, algo está pasando y tendremos que conocer el qué e intervenir en ello. Todo es entrenable y mejorable.
“La vida es como un juego, en el que no elegimos la casilla de salida ni sabemos las reglas para empezar a jugar. No se trata de ganar la partida, se trata de disfrutarla y de crecer.”
Genoveva Díaz