El doctor en psicología Carlos Rebolleda explica los déficits de la teoría de la mente en la esquizofrenia y las pruebas para su evaluación.
El termino «teoría de la mente» fue inicialmente propuesto por Premack y Woodruff (1978) y hace referencia a la capacidad del individuo para inferir estados mentales de los otros tales como intenciones, disposiciones y creencias.
Evaluación de la teoría de la mente en la esquizofrenia
Ruiz, García y Fuentes (2006) apuntan que generalmente las pruebas destinadas a la medición de la teoría de la mente suelen presentarse en formato de historietas sobre las que posteriormente se plantean determinadas preguntas. Dichas preguntas tienen por objetivo evaluar dos tipos de creencias falsas en relación con la historia.
Tipos de preguntas
Preguntas de primer orden
Las preguntas de primer orden están destinadas a evaluar hasta qué punto el sujeto evaluado es capaz depredecir la conducta de un personaje que actúa guiado por una creencia errónea, Sally and Anne (Baron- Cohen, Leslie y Frith, 1985) y Cigarretes (Happè, 1994) serian ejemplos de historias que plantean preguntas de primer orden.
Preguntas de segundo orden
Las preguntas de segundo orden evalúan hasta qué punto el sujeto evaluado es capaz de predecir la falsa creencia que uno de los personajes tiene sobre la creencia de otro personaje, Ice- Cream Van Store (Baron- Cohen, 1989) y Burglar Store (Happè y Frith, 1994) son pruebas creadas para el planteamiento de preguntas de segundo orden.
Hinting Task
Uno de los instrumentos más usados en investigación en psicosis es el Hinting Task (Corcoran, Mercer y Frith, 1995) que comprende diez historias cortas en las que se da una interacción entre dos personajes. Todas estas historias finalizan con una indirecta de uno de los personajes al otro. El objetivo de la tarea es que, tras la lectura de las diferentes historias por parte del evaluador, el sujeto trate de explicar aquello que intenta decir el personaje que emite la indirecta.
Faux Pas Task
El Faux Pas Task (Stone, Baron-Cohen, Calder y Keane, 1998) presenta al sujeto diez historias en las que uno de los personajes comete un error diciendo algo que resulta socialmente embarazoso. Tras presentarle cada una de las historias al sujeto, se le pide que detecte la situación socialmente embarazosa y valore como ha podido sentirse el otro personaje.
La prueba requiere capacidad por parte del sujeto para detectar creencias falsas en el caso de la persona que comete el error socialmente embarazoso, y para inferir estados emocionales según considere cómo ha podido sentirse el personaje que ha recibido la verbalización.
Eye-Task
Eye-Task (Baron- Cohen, Wheelwright, Hill, Raste y Plumb, 2001), consiste en mostrar a los participantes varias fotografías en las que sólo se muestran los ojos de un sujeto, pidiéndoles que infieran qué puede estar sintiendo o pensando la persona. Para realizar esta valoración, el participante únicamente puede elegir una de las cuatro palabras que se le ofrecen como opciones.
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Déficits de la teoría de la mente en la esquizofrenia
Las diferencias encontradas en cuanto al rendimiento en esta área por parte de pacientes diagnosticados de esquizofrenia y sujetos control es sustancial, tal y como ponen de relieve dos metaanálisis que encuentran tamaños del efecto entre medios (d=0,69) y grandes (d=1,25) para estas diferencias (Bora, Yucel y Pantelis, 2009; Sprong, Schothorst, Vos, Hox y Van Engeland, 2007).
Hipótesis de las investigaciones
Históricamente se ha tratado de estudiar hasta qué punto son los síntomas de la esquizofrenia los que determinan los déficits que las personas diagnosticadas con esta enfermedad presentan en teoría de la mente.
Algunas investigaciones apuestan por la hipótesis de que el sujeto ha de presentar una teoría de la mente sin déficits de ninguna clase para que pueda desarrollar ideas delirantes persecutorias (Drury, Robinson y Birchwood, 1998; Watson, Blenner-Hasset y Charlton, 2000).
Otras señalan que los pacientes que muestran sintomatología negativa o desorganizada nunca han llegado a desarrollar una teoría de la mente, aspecto que puede ser observado en el peor rendimiento que muestran cuando se enfrentan a tareas que exigen el uso de esta capacidad (Garety y Freeman, 1999; Greig, Bryson y Bell, 2004)
Objetivo de las investigaciones
Un objetivo actual en el estudio de los déficits en teoría de la mente en la esquizofrenia es identificar si estos déficits se asemejan a un rasgo o un estado de la enfermedad, pues ayudaría a resolver la cuestión de si están asociados exclusivamente a los síntomas de la enfermedad.
Es de destacar que el grueso de la investigación que se ha llevado a cabo en este sentido, señala que estos déficits se constituirían como un rasgo propio de la enfermedad (Herold, Tenyi, Lenard y Trixler, 2002; Irani y cols, 2006; Janssen, Krabbendam, Jolles y Van Os, 2003; Penn, Sanna y Roberts 2008).
Aunque estudios como el de Bora y cols (2009) ponen de manifiesto que, a pesar de que estos déficits parecen permanecer presentes en cualquier fase de la enfermedad, no se conoce hasta qué punto serian las problemáticas neurocognitivas en memoria de trabajo y funciones ejecutivas, o la propia sintomatología residual, los factores que realmente contribuyen al mantenimiento de éstos.
Parece pues necesario seguir investigando en esta dirección antes de poder afirmar que dichos déficits se constituyen como un rasgo de la enfermedad.
Visión neurológica
A nivel neurológico, Rodríguez y Touriño (2010) señalan que en estudios de neuroimagen con sujetos sanos se ha constatado que algunas zonas cerebrales como el área prefrontal, la amígdala o el lóbulo parietal inferior, se activan durante la realización de tareas en las que ha de ponerse en práctica la teoría de la mente (Brunet, Sarfati, Hardy-Bayle y Decety, 2000; 2003). En el caso de pacientes diagnosticados de esquizofrenia se ha encontrado una disminución de la activación en el córtex prefrontal derecho y en el giro frontal inferior izquierdo durante la realización de tareas de de este tipo (Adolphs, 2002; Brunet y cols, 2000).
Bibliografía
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- Ruiz, J. C., García, S., y Fuentes, I. (2006). La relevancia de la cognición social en la esquizofrenia. Apuntes de Psicología, 24(1-3), 137-155
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- Watson, F., Blenner-Hasset, R. C., y Charlton, B. G. (2000). Theory of mind, persecutory delusions and the somatic marker mechanism. Cognitive Neuropsychiatry, 5(3), 161-174.